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En el transcurso de estas dos semanas, 3 reflexiones importantes me han surgido sobre los acontecimientos generales que en México están sucediendo: en primer lugar el fenómeno de las “Policías Comunales en los pueblos de Guerrero”, después, la explosión dentro de las oficinas administrativas en PEMEX y finalmente, en un ámbito más local, en el estado y ciudad de Puebla, las múltiples reacciones coyunturales de la oposición Priista en contra de lo que Rafael Moreno Valle pensaba “había un acuerdo y sumisión al respecto”.
“Ojo por ojo”. Guerrero y el Estado de Derecho.
¿Qué sucede en Guerrero?
El pasado fin de semana, el periódico La Jornada publica una nota referente a la inseguridad que dentro de este Estado se ha sufrido durante ya hace unos años y la incompetencia de las autoridades para dirimir esta situación. Y es que el fenómeno de la inseguridad, crimen y el narcotráfico ha llegado a tal grado que los pobladores de comunidades como el Mezón, se han tenido que organizar de manera armada para hacer justicia en donde la impunidad y la corrupción así como la complicidad entre las autoridades y el narcotráfico impiden que la misma sea aplicada en el tenor de las leyes.
Es por esto que han tomado una postura radical y autónoma en la toma de decisiones en materia de seguridad y sentencia en contra de los delincuentes bajo una filosofía ya muy conocida aunque poco ortodoxa denominada: “ojo por ojo, diente por diente.”
Esto a su vez,- “no pretende ser una anarquía ni mucho menos hacer justicia por nuestra propia mano, solo buscamos una alternativa”- comenta un miembro de la Policía Comunal, demostrando, hasta cierto punto, que el reconocimiento del Estado de Derecho está presente y se toma en cuenta solo que, el “poder popular” antes que el poder político, ahora dictará las normas y determinará los procesos judiciales.
Esta postura, en lo personal, lanza un fuerte mensaje de resistencia y medidas drásticas ante situaciones drástica que tanto la sociedad, la clase política y la política mexicana no pueden y no deben ignorar ya que, como se comentó, se presenta como una “alternativa”, aunque radical, que demuestra la necesidad imperante y urgente de la reestructuración sistemática de muchas instancias administrativas y judiciales que la política mexicana ha ignorado por mucho tiempo y que ahora, simulando una bomba de tiempo, comienzan a lanzar advertencias ante una “explosión inminente”, producto de las consecuencias que un sistema viciado, como el mexicano, acarrea desde sus inicios.
PEMEX herido y no precisamente por su privatización, ¿o sí?
El pasado 31 de enero del presente, PEMEX sufrió uno de tantos incidentes que dentro de sus instalaciones presentan por el deterioro o mala operación de los mismos. Solo que esta vez no se trata de ninguna plataforma petrolera o de alguna base sobre el mar sino del Complejo Ejecutivo (Torre B2) que la misma empresa nacional tiene ubicado en el Distrito Federal.
Obviamente, dentro de éstas, no existe petróleo almacenado o algún compuesto inflamable que se extraiga del subsuelo (por si seguía pensando en esto querido presidente Enrique Peña Nieto) haciendo de esto algo aún más irónico y estúpidamente ilógico. Ahora resulta que hasta estas oficinas sufren consecuencias desastrosas por de la negligencia de sus “operadores” o, en este caso, de sus administradores.
Ya no es sorpresa encontrar este tipo de situaciones en empresas como PEMEX donde se confunde modernización con privatización y corporativismo con democracia. Al mismo tiempo, no es nada nuevo ver como este tipo de empresas siguen perpetuando el poder monopolizado, en este caso del petróleo mexicano, dentro de un país que confunde terriblemente conceptos como Política con corrupción, Gobierno con autoritarismo, Representación con sindicatos charros, Partidos Políticos con delincuencia organizada y Derechos Humanos así como políticos con imposición.
Ante una economía basada en el petróleo y que, al ser maniatada por intereses individuales, es para México el fundamento de la crisis energética en la que nos encontramos; hace de la economía mexicana un juego macabro de negociaciones informales y co-dependencia, justificada con la “falta de tecnología” para explorar nuevos pozos así como propensa a los caprichos energéticos y obviamente económicos de Estados Unidos de Norteamérica.
Ahora se habla de “privatizar PEMEX” para evitar nuevos desastres como estos y se cuente con el capital necesario para “modernizarse” y al mismo tiempo contar con las medidas necesarias para prevenir posibles incidentes. Mi “bola de cristal” me muestra posibles reacciones populistas en contra, movilizaciones sociales, toma de las calles y todas estas acciones bajo el lema “PEMEX no se vende, aunque se caiga a pedazos”.
Rafita vs todo el mundo
Ahora los patos le tiran a las escopetas. Y es que por fin “Súper Rafita” está viendo su suerte frente aquellos que pacientes esperaban el momento adecuado para postrarse contra los deseos, alianzas y propuestas de este tan distinguido personaje. Por fin “Súper Rafita” ha sangrado y, por la forma en cómo se observa, lo han herido gravemente, la supuesta oposición ahora es que toma su papel como tal y confabula en contra de quien se decía, era inmune y “súper poderoso”
Que no nos sorprenda el día de mañana un Rafita doblegándose a las indicaciones de EPN, negociando por conseguir unas migajitas de lo que tuvo anteriormente y un Rafita aguantándose el llanto cuando “otros” jueguen con sus juguetes.
Ahora la realidad supera la política (ficción) mexicana.