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Difícil ha sido ignorar el papel que nuestros pseudo representantes en el Congreso de Puebla han “realizado” durante estos cuatro primeros meses del 2013. Por más que he intentado no darle importancia, por más que he pretendido “tolerar” su ineficacia y peor aún, por más que quise “justificar” todas las acciones emprendidas y por emprender de todos estos personajes, no es posible soportar tanto cinismo.
Y es que con el pretexto de los próximos Comicios aunado con ese apetito insaciable de poder y asegurar sus “chambitas”, característico dentro de la Política Mexicana en sus prácticas y actores, 18 de ellos, sin ni si quiera presentar resultados convincentes, posponiendo reformas (como la educativa en Puebla por ejemplo) y siendo totalmente dóciles ante las indicaciones (autoritarias) de nuestro Gobernador Rafael Moreno Valle, han hecho de la representación, de la toma de decisiones y del bienestar de la ciudadanía poblana una simple y ridícula mímica sin gracia, sin sentido, que ni si quiera se acerca a los “compromisos” que inicialmente “hicieron” con nosotros los ciudadanos. Que por cierto ¿alguno de ustedes recuerda por lo menos dos compromisos que “nuestros representantes” hayan hecho directamente con nosotros?
En lo personal, bien recuerdo más de dos compromisos, solo que al parecer “nuestros representantes” ya los han olvidado. Pasando a otros temas y después de la inauguración del sistema RUTA (Red Urbana de Transporte Articulado), mejor conocido como “Metrobus” (¿?) se ha destapado la cloaca de un proyecto mal implementado y la pésima conceptualización de las necesidades reales de una la ciudadanía poblana que, además de lidiar con un pésimo sistema de Transporte Público, choferes de ruta carentes de preparación y concientización, un precio que no corresponde al servicio y concesionarios coludidos con los intereses particulares de la clase política en turno, ahora lidiamos con un sistema (RUTA) que inicial y actualmente no cumple con los servicios prometidos dentro de la “promoción” del mismo, un sistema que no desahoga el tráfico real en la capital poblana (la once sur por ejemplo), que cobra con un precio ridículo (próximamente a $7.50) y ofrece un servicio poco eficiente, lo cual, ha generado el descontento y manifestación, así como el cierre de vialidades, de los ciudadanos cercanos a las principales vías por las que este sistema realiza su recorrido.
La demanda principal: que el Gobierno Estatal y Municipal, así como a las Secretaría de Comunicaciones y Transportes de Estado, rehabiliten las rutas anteriores (32-32A y la ruta LUSAC, por citar ejemplos) debido a que el principal objetivo del sistema RUTA: desaparecer “el gran flujo de Transporte Público” promotor de contaminación y caos vial así como hacer más eficiente el tránsito vehicular en “zonas de mayor concentración” (¿el boulevard Atlixco?) no se ha cumplido.
Aunque es cierto, “esto apenas comienza”, solo que esto no justifica la poca viabilidad del proyecto y el poco impacto favorable que en realidad representa.
Y así pueden seguir las reflexiones sobre los casos tan ridículos que dentro de nuestro Estado y Capital Poblana se desarrollan por la supuesta representación de nuestro Presidente, Diputados y Senadores locales así como también las “buenas decisiones” en pro de la ciudadanía (el caso del Teleférico aun si resolver, la Rueda de la Fortuna que se planea ubicar en el CENHCH, Enrique Agüera como candidato por el PRI, etc…)
Aunque el punto, no es recordarte lo que ya sabes, o quejarme amargamente como ya es costumbre. El punto es, mediante esta rápida y local Retrospectiva, analizar el papel que como ciudadanía nos corresponde asumir ante la ridícula política local que nuestros ridículos representantes están llevando acabo y los ridículos resultados que de su ridícula representación están ridículamente generando aprovechando este espacio y adelantándome un poco para cuestionar y reflexionar sobre los próximos comicios electorales donde el ejercicio de nuestro voto será determinante para exigir realmente lo que como ciudadanía requerimos.
Entiendo la carga de “apatía política” que nos caracteriza así como el hartazgo de las mismas promesas y los mismos candidatos que en lugar de motivar solo deprimen, estoy plenamente consciente de esto, aunque no por ello dejaremos que unos cuantos (por los que querían anular su voto) decidan quiénes serán nuestros próximos representantes. Ejerzamos el voto informándonos correctamente y siendo conscientes del poder que dicho voto representa.
Vayamos más allá de una Democracia Votada, trabajemos en los comicios como representantes de casilla u observadores; cuidemos nuestro voto de chantajes y manipulaciones, seamos responsables en el ejercicio del mismo, es decir, afrontemos las consecuencias de nuestras decisiones como votantes y después de ello, recapitulemos.