Monday, 20 de May de 2024

Opinión y fundamento

Jueves, 10 Enero 2013 14:34
Matego C´mon

Priitis Aguiditis

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Pensaba que nos habíamos librado ya de los dinosaurios políticos, pensaba que todo había quedado atrás y que lo sucedido en la prehistoria política mexicana permanecía en el olvido.

Después del triunfo tan controversial de nuestro actual presidente, Enrique Peña Nieto, escucho nuevamente las viejas historias “cuando el PRI gobernaba en México” e intento imaginarme lo que pensaban y sentían aquellos quienes relatan estas anécdotas. La gran mayoría agradecía la pseudo transición a la democracia, otros hablaban del tan añorado y esperado retorno del PRI a Los Pinos; honestamente no sé qué pensar. Y es que analizando el contexto, he vivido conscientemente el último periodo del Priato así como el comienzo y el término del Panismo en el poder y la verdad el sabor de boca es el mismo: no sabe a nada, no me gusta y me apena en demasía.

Ahora me encuentro viviendo en una etapa híbrida donde el Panismo y el Priismo en Puebla se mezclan para formar algo aún más despreciable a comparación con lo visto anteriormente. Consciente que en la prehistoria política mexicana los abusos de poder, la nula libertad de expresión así como la injusticia explícita sobre los Derechos Humanos formaban parte de las características más represivas del PRI para condicionar y coaccionar el orden establecido, hoy observamos similitudes en el escenario a pesar de esa supuesta apertura democrática dentro de las instituciones, esa supuesta transparencia en los hechos y sobre todo en las cifras así como una supuesta participación más activa de la ciudadanía dentro de la política.

Observamos dentro del morenovallismo exacerbado, un lobo (PRI) vestido de cordero (PAN) en toda la expresión de la idea; un Partido Acción Nacional infectado de esa virulenta enfermedad llamada Priitis aguditis siendo el mismo PAN el vehículo para que el virus de la represión así como el regreso de la prehistoria política mexicana de un vuelco terrible, infecte y se propague sobre los pequeñísimos logros de la democracia en México.

Y es que no es de sorprenderse el cómo se están maquilando los escenarios políticos y sociales en estos momentos, observando la constante irresponsabilidad política de nuestros representantes locales tomando decisiones en base a los intereses de un ser tan predecible y sumamente egocentrista que, al adquirir una minúscula dosis de poder, piensa que es lo suficientemente capaz como para imponer su voluntad sobre quienes en teoría, lo colocamos como nuestro gobernador; extraña aunque lógica contradicción dentro de la democracia mexicana ¿no lo creen?.

Por otro lado, nuestro Presidente municipal, Eduardo Rivera, observándolo siempre con las manos en los bolsillos, espera paciente a quién o quiénes se presenten con una “buena idea” para por lo menos intentar hacer algo por la ciudadanía poblana ya que, como buen títere de nuestro Presidente Rafael Moreno Valle, solamente mueve los brazos, piernas y boca al son que dicta el titiritero, permanece condicionado a ciertas “articulaciones” por no decir negociaciones y no es capaz de tomar decisiones y acciones por sí mismo.

Es una pena que dentro del PAN un Priista haya llegado a “poner orden” y es más penoso ver aquellos quienes se consideraban verdaderos Panistas se cuadren ante la figura de este patético personaje que Moreno Valle representa.

PRI o PAN, como partidos políticos, actualmente ya no representan nada, ni si quiera instituciones, ya que dentro de sus estructuras siguen tambaleándose y fracturándose de una manera impresionante y ridícula. Ya no hablemos siquiera de los demás partidos porque encontramos la misma historia y hasta en una peor situación estructural.

Y con lo sucedido este primero de diciembre durante la ceremonia y toma de protesta así como literalmente la toma de la presidencia mexicana bajo el tenso clima de una libertad de expresión interpretada como intento de guerrilla,  se ha dictado el ritmo y el son con los que de ahora en adelante (rogaría porque fueran únicamente 6 años) el país va a “desfilar”, al son de tambores militares, todos perfectamente formaditos y sin moverse porque “el que se mueve no sale en la foto”, bajo esquemas prehistóricamente políticos y con un “ligero” toque represivo como para darle sabor y olor a Priismo.

Se viene lo que para muchos de nosotros denominamos: retroceso de la democracia en México.

Espero realmente que no sea así y que mis dedos se caigan si es que he mentido al escribir esto.