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A más de cien años que se celebrara por primera vez el Día Internacional de la Mujer, la balanza aún muestra un gran desequilibro en cuanto a la equidad de géneros. Es por eso que vale la pena insistir.
Cada 8 de marzo se discuten, en muchos rincones del planeta, temas que preocupan a las mujeres desde hace siglos. Una y otra vez se habla de igualdad, de emancipación, de derechos laborales y sociales, de repartición de tareas domésticas, de salarios menores por el mismo trabajo que los hombres, de acceso a la salud o de la violencia de género, pero las cifras escupen una realidad insoslayable: la brecha todavía es enorme.
Porque 60 por ciento de los pobres en el mundo son mujeres, representan dos tercios de los adultos analfabetas, 500 mil mueren por complicaciones en el embarazo y 100 mil en abortos inseguros cada año, vale la pena insistir.
«Una promesa es una promesa: Es hora de actuar para acabar con la violencia contra la mujer» es el lema de la celebración este año. Y es que 603 millones de mujeres viven en países donde la violencia doméstica no es considerada un delito, 7 de cada 10 manifiestan haber sufrido violencia física y/o sexual en algún momento de su vida y porque de las 800,000 personas que se estima cada año son víctimas de la trata internacional de personas constituyen el 80 por ciento.
Porque cada año 5 mil son asesinadas en nombre del honor y en países como Bangladesh siguen muriendo mujeres por la llamada "quema de la novia" (incendiar a la esposa viva con el cadáver de su marido), vale la pena insistir
Porque en algunas comunidades indígenas de México es parte de los usos y costumbres intercambiar a las hijas por mercancías o animales y porque tras la caída del bloque comunista, mujeres y niños de países como Ucrania, Albania, Moldavia, Rumanía, Bulgaria, Rusia o Bielorrusia representan las dos terceras partes de las víctimas de la trata de personas, vale la pena insistir.
Porque en México ocurren alrededor de 120 mil violaciones al año, es decir, aproximadamente una cada cuatro minutos. De ellas, 78 son contra mujeres de entre 10 y 20 años, cuyos agresores pertenecen –en 70 por ciento de los casos– a su entorno social y familiar, vale la pena insistir.
Porque en Arabia Saudita son privadas de los derechos de conducir y de viajar sin autorización y hasta el 2015 podrán tener derecho a votar y en Irán son condenadas a morir lapidadas tras procesos jurídicos dudosos, donde sólo participan hombres, vale la pena insistir.
Porque en países como China o India existe un desequilibrio enorme entre el número de niños y niñas, como consecuencia de las prácticas de selección de sexos y la preferencia por los varones. Para el año 2020, de seguir la tendencia actual, China tendrá 300 millones más de hombres que de mujeres. En la India, la tasa de mortalidad entre las niñas es 40 por ciento más alta que en los niños, pues éstas son peor alimentadas y reciben menos cuidados médicos.
Porque el lema de este año para el Día Internacional de la Mujer es «Una promesa es una promesa: Es hora de actuar para acabar con la violencia contra la mujer», y no queremos más promesas incumplidas, seguiremos insistiendo.