Sunday, 19 de May de 2024

Dichosos los ojos

Jueves, 16 Mayo 2013 22:11
Laura Martín

Fuentes: Contra el olvido

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“Destruimos al otro cuando somos incapaces de imaginarlo”, escribió alguna vez Carlos  Fuentes. A un año de su muerte, en su memoria se han organizado exposiciones y conferencias. Sin embargo, no existe mejor forma de no olvidar a un hombre de letras, que bucear entre sus libros.  

Protagonista indiscutible del llamado boom de las letras latinoamericanas, fue  ensayista, novelista, cuentista, guionista de cine y hasta “hacedor” de óperas.  

Adoptado como escritor mexicano e hijo de un diplomático, Fuentes nació el 11 de noviembre de 1928 en Panamá. Su infancia fue un peregrinar enriquecedor por Estados Unidos, Chile y Argentina.  Llegó a México a los 16 años donde estudió la Preparatoria, para luego obtener el título de Licenciado en Derecho por la UNAM.                                                Dio sus pininos en el periodismo como colaborador de la revista "Hoy". En 1950 se fue a Europa, donde realizó estudios de Derecho Internacional en la Universidad de Ginebra. En este viaje, su perspectiva literaria quedó empapada de la técnica de grandes nombres como Stendhal, Proust o Joyce. Volvió a México y fue entonces cuando  Octavio Paz, quien había escrito dos libros fundamentales para la nueva literatura mexicana,"Libertad bajo palabra" y "El laberinto de la Soledad", se convirtió en su influencia indiscutible.  

Fuentes perteneció a una generación de escritores que querían rescatar la tradición, las raíces,  pero alejarlas del nacionalismo vano. En la literatura se inició más desde el realismo con el libro de relatos “Los días enmascarados” (1954) y con la novela “Las buenas conciencias” (1959).

Durante los años sesenta vivió en París, Venecia, Londres y México. Ya en “La muerte de Artemio Cruz” (1962) se valió de recursos como el monólogo interior o la alternancia de narradores, que recuerdan la literatura norteamericana de William Faulkner y John Dos Passos. Fue en ese mismo año cuando escribió Aura; pequeño, pero intrigante y perturbador cuento largo.

La problemática social y una incasable búsqueda por la identidad del mexicano son el hilo conductor de muchas de sus obras. Ahí están para demostrarlo La región más transparente (1958), Zona sagrada (1967), Cambio de piel (1967) y el macro relato de la historia de América: Terra nostra (1975).

En los setenta se desempeñó como embajador de México en Francia (1972-1978), cargo al cual renunció cuando Gustavo Díaz Ordaz fue nombrado embajador de México en España, pues Fuentes se negó a pertenecer al mismo equipo de trabajo del responsable de la matanza estudiantil del 68 en Tlatelolco.

Otras obras de Fuentes son: La cabeza de hidra (1978), Agua quemada (1983), Gringo viejo (1985), El espejo enterrado (1990), El naranjo (1994), La frontera de cristal (1995), Los cinco soles de México (2000), Instinto de Inez (2001), En esto creo (2002), La silla del águila (2003), Inquieta compañía (2004), Todas las familias felices (2006) y La voluntad y la fortuna (2008).Escribió,  además, numerosos ensayos.

Su vigorosa obra, que navega tanto  en las aguas de lo fantástico como de lo realista,  se caracteriza por el uso de neologismos, crudezas coloquiales y palabras extranjeras.

Hombre analítico y crítico, creador de una prosa clara, tejida con adjetivos precisos, fue siempre un escritor libre,  independiente del poder.Tal como él mismo afirmó: “No existe la libertad, sino la búsqueda de la libertad, y esa búsqueda es la que nos hace libres.”

Su inquebrantable quehacer literario lo hizo merecedor de numerosos premios, entre los que destacan: el Premio Biblioteca Breve 1967 ('Cambio de piel'), Premio Xavier Villaurrutia y Premio Rómulo Gallegos ('Terra nostra'), Premio Cervantes 1987, Premio Príncipe de Asturias 1994, Premio Internacional Grizane Cavour 1994, Legión de Honor del Gobierno Francés (2003), el Premio Picasso, otorgado por la Unesco en 1994, el Premio Internacional Don Quijote (2008), además de haber sido uno de  ésos “eternos candidatos al Nobel”.

A un año de la muerte de Carlos Fuentes, el escritor complejo cuya obra está marcada por la búsqueda de México y lo mexicano, andemos entre sus mundos; sigamos imaginándolo.