Sunday, 19 de May de 2024

Dichosos los ojos

Viernes, 31 Agosto 2012 04:00
Laura Martín

Dichosos los ojos

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Una biblioteca de puertas abiertas

Ayer asistí a la inauguración "formal" de una biblioteca por demás singular. Una biblioteca "Montessori" , como la llama el director del INIFED, Ernesto Velasco, quien fraguara la idea. La biblioteca fue bautizada con el nombre del ex secretario de educación, Alonso Lujambio , por su interés en la promoción de la lectura y las bibliotecas. "Lujambio no habita una casa con biblioteca, sino una biblioteca- casa", dijo uno de los oradores.
Vamos por partes:
El INIFED es el instituto responsable de la infraestructura educativa de México. Hace escuelas, pues. Fue fundado a mediados de los cuarentas como CAPFCE siendo Secretario de Educación Jaime Torres Bodet.

Esta institución ha desarrollado escuelas diseñadas por muchísimos arquitectos, entre quienes destacan  Ramírez Vázquez y Artigas. Fue justamente este último quien diseñó la sede del INIFED, un edificio hermoso, de diseño limpio, con pluviario central,columnata, líneas funcionalistas y una estética de los sesentas que resulta  totalmente vigente.
En esa sede magnífica, se decidió hacer una biblioteca abierta, es decir,  sin confinamiento espacial, pues abarca gran parte de los pasillos del  edificio.
El sentido bibliotecològico es impecablemente formal, pero muy  amigable con sus usuarios. Los trabajadores se llevan el libro que quieren y lo regresan cuando terminan de leerlo; de darle vida. Si bien cuentan con una base de datos del acervo, no hay registros ni control de quién toma prestado los libros y, aunque usted no lo crea, éstos regresan a su lugar. Cuando alguno no aparece, colocan en su lugar una foto con la leyenda: "Por favor, devuélveme" y, al parecer, éstas resultan una especie de palabras mágicas, pues "es raro el que no regresa".
La iniciativa de esta biblioteca de "puertas abiertas", empezó con libros donados por los colaboradores del instituto que se colocaban en los pasillos para que quien pasara pudiera tocarlos, ojearlos, e incluso, llevárselos a casa.El resto del acervo  està formado por donativos de facultades universitarias y de instituciones externas, con lo cual el costo de una biblioteca que hoy cuenta con siete mil ejemplares, se ha limitado a los libreros.
En la ceremonia de inauguración, por demás emotiva, pude constatar el interés que ha despertado esta biblioteca entre quienes ahÍ trabajan. Trasladar esta iniciativa a otras instituciones públicas, y por qué no, privadas también, sería una manera estupenda y barata de promover la lectura.
Para enamorarse de los libros hay que estar cerca de ellos, tocarlos,sentirlos, miralos; dejar que nos hagan ojitos. Bien dicen que de la vista nace el amor.