Sunday, 19 de May de 2024

Dichosos los ojos

Viernes, 05 Abril 2013 11:21
Laura Martín

¡Desembólsate!

Por :
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Dados nuestros hábitos de consumo, tal parece que no nos importa que los plásticos puedan tardar  hasta quinientos años en degradarse, ni que afecten a unas doscientas especies animales en el mundo, ni que formen parte del paisaje obstruyendo alcantarillas o flotando en nuestros ríos, ni que el planeta esté plagado con  unos mil millones de objetos basura de este material.

Durante  los últimos diez años, en el norte del océano Pacífico se ha triplicado el número de  restos de plásticos, mientras que en las costas alrededor de Japón,  la cantidad de este tipo de desechos se multiplica por diez cada 2 o 3 años. Además, por culpa de éstos plásticos, mueren cientos de miles de mamíferos marinos anualmente.

A pesar de que se pueden obtener de otras sustancias naturales, la mayoría de los plásticos que utilizamos son  derivados del petróleo. Por su gran facilidad para ser trabajado y moldeado, su baja conductividad eléctrica, su alta  resistencia a la intemperie a la corrosión y, sobre todo por su bajo costo,  no es de extrañar que el plástico siga siendo unos de los materiales más socorridos en el mundo.

Utilizado para envolturas de millones de productos, para hacer bolsas, como aislante eléctrico, en  juguetes, en la construcción o en la industria textil, en 2005 se calculaba que en México por habitante se consumían unos 49 kg. de plástico anuales.                                      Nuestro país ocupa el lugar número 12 a nivel mundial en materia de consumo de plásticos, cuenta con 3 mil 500 empresas dedicadas a su producción y recolecta solo un doce por ciento de las cinco millones de toneladas de la basura plástica que genera, mientras que el resto se queda “asfixiando carreteras, el mar y todos los basureros del país”.

Los mexicanos, en promedio, consumimos la escalofriante cifra de unas doscientas cincuenta botellas de plástico al año.

De acuerdo a datos del documento “Contaminación ambiental y bacterias productoras de plásticos biodegradables”, de Daniel Segura, Raúl Noguez y Guadalupe Espín, del total de plásticos consumidos en México, más de un millón de toneladas por año se convierten en desecho. Mientras que la descomposición de productos orgánicos tarda 3 ó 4 semanas o la de telas de algodón 5 meses,  la del plástico puede tardar hasta 500 años.

Uno de los objetos  plásticos que más contaminan y preocupan a los especialistas son, sin duda, las bolsas. Y no es para menos: Cada minuto se consume en el mundo, un millón de bolsas plásticas. En México, 20 millones diarios, es decir, unas 107 mil 513 toneladas anuales.

El mexicano recibe unas 14 bolsas de plástico a la semana, las cuales se usan por un promedio de doce minutos y  de ellas se recicla apenas el uno por ciento.

Entre los principales consejos de los expertos para disminuir la contaminación por plásticos están: Separar los plásticos de la basura, reutilizar las bolsas y envases que tenemos en casa, usar envases de uso repetido en lugar de productos desechables, tener bolsas de tela permanentemente para hacer las compras, no aceptar bolsas pequeñas —por ser  las que más rápido terminan en nuestros depósitos de basura—, o tratar de no comprar productos cuyas envolturas contengan una cantidad innecesaria de plásticos.

Esta es, sin duda, una lucha de la cual la ciudadanía no puede lavarse las manos. No debemos eludir la responsabilidad individual que tenemos con el medio ambiente, ni esperar la respuesta gubernamental, que desafortunadamente suele llegar siempre tarde.                                                      Yo, tú, él, ella, nosotros y ellos, hemos cooperado para contaminar el planeta. Piensa en los plásticos que tú y sólo tú  has consumido y luego desechado así, sin más. Seguramente hoy habita en el fondo del mar, en la cuneta de una carretera, en el intestino de algún animal o en una alcantarilla.