Monday, 20 de May de 2024

La Regla 18

Miércoles, 31 Julio 2013 00:39

Gracias y hasta siempre

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"Me puedo ir del América feliz", dijo Chucho, con una sonrisa que denotaba incredulidad. Esa sonrisa, esa, la de millones de aficionados que aún no creían en la epopeya. Había apenas conquistado un sueño más.

Ese día nadie se dio cuenta de que el verdadero héroe llevaba el número once en el dorsal, quizá, por la euforia del momento, quizá, porque nunca entendimos que cada vez que bailaba "El Chucho", dábamos pasos agigantados hacia el escenario de la gloria: el Campeonato.

Chucho era ese héroe que pasa desapercibido a la hora de la hazaña, como un padre satisfecho de los logros de su hijo, que no reclama nada y que agradece todo. Le tocó ser el guía, del que nadie se acuerda cuando se llega al final del camino, pero el que todo mundo recuerda cuando se quiere regresar.

Chucho aludía esta frase que dice: "No vivas para que tu presencia se note, sino para que tu ausencia se sienta". Si, era ese héroe que no quería ser. A veces, un villano consciente de sus cualidades, que revertía un toque de más, por un gol a la siguiente jugada. Y entonces no le quedaba escapatoria.

El gol que para él era lo de menos, para todos era lo demás. Y entonces entendemos porque duele su ausencia. Era amor traducido en enseñanza, y amor eterno, enseñanza eterna.

Logró su cometido y un poco más allá, porque muchos notamos su presencia, pero todos sentiremos su ausencia.

Misión cumplida.

Gracias, Chucho. Gracias y hasta siempre.