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Lo que viene siendo Puebla

Jueves, 22 Noviembre 2012 20:49
Alejandro Sotelo

Fiesta en San Diego

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Dicen que antes era una hacienda que les pertenecía a los Aizpuru hasta que llegaron los revolucionarios y les quitaron las tierras para convertirlas en ejido. El señor Francisco muestra las balas percutidas de la revolución que conserva hasta ahora, dice que era tan grande la hacienda que llegaba hasta Domingo Arenas y había cientos de peones, muchos de los cuales se mantuvieron fieles a don Aizpuru y a sus hijos hasta la muerte. Uno de esos peones, conocido como el charro, fue leal al hijo mayor de los Aizpuru, incluso dicen que aún se le aparece en las noches a las personas que van a San Diego a provocar algún mal o a ocasionarle algún perjuicio a los habitantes de la comunidad.

El señor Francisco no sabe si es cierto que se aparece el charro en las noche; dice que es la creencia de la gente desde que él se acuerda, 'lo que dicen los abuelos'. Junto con su esposa, la señora Flora, el señor Francisco es el encargado del catecismo en la iglesia. A lo largo del año preparan a los chicos de la comunidad para recibir la primera comunión en la misa que se realiza en la mañana de cada 13 de noviembre. Una semana antes, reciben la última misa por parte del padre encargado de la parroquia de Domingo Arenas. A esta misa acuden las personas que tienen relación con algún aspecto de la fiesta y se cuadran todos los detalles. Aunque también es posible decir que no hay persona en la comunidad que no se vea relacionada de alguna manera con la realización de la fiesta.
 
Francisco y Flora son compadres del señor Eduardo, quien este año es uno de los cuatro mayordomos de la comunidad y encargados de hacer comida para todas las personas que quieran ir a su casa durante la fiesta. A lo largo del año, son cuatro fechas principales en las que los mayordomos deben preparar comida: 02 de febrero, día de la candelaria, 03 de mayo, día de la Santa Cruz, 13 de noviembre, fiesta del patrono San Diego y 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe. Se preparan con meses de anticipación, trabajo y toda una planeación relacionada con el calendario agrícola y laboral. Cuando termina la cosecha de las habas y tejocotes, en noviembre, antes de que caiga la helada de los volcanes, inicia la producción de velas y parafina: veladoras, velitas de cumpleaños, velas decorativas y de todos los tamaños son transportadas desde san Diego hasta Huejotzingo para ser vendidas en diferentes puntos comerciales regionales y nacionales; aproximadamente hasta principios de mayo, el día 3 para ser precisos, la comunidad camina hasta la cima del cerro de las tres cruces con mole, tamales, frijoles, música, cohetes y atole para pedir por la siembra del año.

De regreso al pueblo, los mayordomos deben darle de comer a sus visitantes. Para la fiesta del 13 de noviembre, aproximadamente a las 5 de la tarde, el señor Eduardo habrá dado de comer mole, tortillas, cerveza, refresco, frijoles, tamales y arroz a aproximadamente 800 personas.
 
Los mayordomos se encargan de la distribución de los locales comerciales. En relación con los juegos mecánicos, son los dueños de estas atracciones quienes van de comunidad en comunidad de acuerdo con el calendario festivo de la región ofreciendo sus servicios y solicitando permiso con los representantes de los cargos de cada pueblo para establecerse los días de feria. En el caso de San Diego, los dueños de los juegos mecánicos se acercan a la señora Hermelinda, fiscal de San Diego, para solicitar el permiso. Ella presenta el caso ante el juzgado pastoral, los mayordomos, topiles y fiscales, quienes aprueban la moción por votación y a través de la señora Hermelinda notifica la autorización.
 
 
Dicen que cada familia en la comunidad debe organizar fiesta al menos 5 veces en la historia de la familia. Cuando algún miembro de la familia ocupa un cargo, se considera que ese año, la familia aporta a la comunidad con "una fiesta" o un periodo anual de fiestas (2 de febrero, 3 de mayo, 13 de noviembre y 12 de diciembre). El caso de la señora Hermelinda es excepcional en muchos sentidos, por un lado, su familia ha cumplido el ciclo de fiestas que comenzó un año antes de que su hijo mayor migrara a Nueva York (en la pared del vestíbulo de casa asoma una fotografía del hijo con los primos en algún puente neoyorquino con las torres gemelas al fondo) hace diez años. Por otra parte, el hecho de que ella sea fiscal resulta paradigmático puesto que ha sido la única mujer en la historia de la comunidad en ocupar un puesto de fiscal durante un periodo anual de fiestas. Los fiscales deben alistar la iglesia durante el periodo anual de fiestas, deben pintarla, darle mantenimiento, hacer los llamados de misa, tocar los teponaztles, poner la música en el megáfono cada día a las 6 en punto, abrir y cerrar el panteón y adornar los nichos para el día de la fiesta.
 
Aparentemente, la función del fiscal termina en el mantenimiento de la iglesia, sin embargo, los fiscales administran la fiesta, las responsabilidades que cada puesto debe cumplir, administran el dinero que viene de los paisanos en Estados Unidos para contratar a SuperKlass o al mariachi Pedregal. Administran los juegos mecánicos, las bendiciones previas a la fiesta, la asistencia de los otros fiscales, topiles, jueces y mayordomos, coordinan la producción de los recuerdos de cada año y contratan diversos servicios para el desarrollo de la fiesta. El cargo de fiscal es anual y se vota para cambio de fiscales cada 2 de febrero. La semana previa a la fiesta, la fiscal es la persona más buscada en la comunidad, organiza, coordina, planea... la señora Hermelinda ha cumplido con la comunidad, la fiesta del 13 ha salido perfecta. La señora ha cumplido.