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Cultura para mortales

Martes, 12 Noviembre 2013 00:50
Sarah Banderas

“Heli”: no apta para evadir la realidad de México

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Beto se encuentra colgado del techo. Tiene cinta adhesiva en la boca que le permite apenas emitir algunos gemidos. Está desnudo del torso. Se quiso “pasar de listo” y merece un castigo ejemplar. Una tabla de madera es el instrumento de tortura. El público lo conforman unos niños que con su celular graban la función. Comienzan a golpear a Beto sin piedad. Pero el suplicio apenas comienza. Sus verdugos le prenden fuego. Cualquiera preferiría la muerte.

Esta escena de la película “Heli” provocó que algunos críticos de cine abandonaran la sala en el pasado Festival de Cannes realizado en mayo de este año. La crudeza con la que está presentada no es apta para cualquiera. Los mexicanos quizá nos hemos acostumbrado a ver y padecer esta violencia producto del narcotráfico que ahoga a nuestro país.

“Heli” fue dirigida por el mexicano Amat Escalante quien ganó el premio como mejor director, impresionando al mismísimo Steven Spielberg que encabezó el jurado en Cannes. El trabajo de Escalante generó controversias pues lo acusaron de extremadamente violento y sádico, a lo que respondió que eso era simplemente la cotidianidad en México.

La película “Heli” recibe este nombre de su protagonista llamado Heli, un joven que vive con su esposa, su bebé, su padre y su hermana en una minúscula casa en una localidad árida y desolada de Guanajuato. A pesar de sus condiciones marginales la familia trata de salir adelante con las pocas opciones con las que cuenta. Heli y su padre trabajan en una planta armadora que se encuentra a varios minutos en bicicleta, la esposa se dedica al hogar y la hermana estudia la secundaria.

Como millones de familias en nuestro país, la de Heli lleva una vida normal dentro de sus posibilidades, tratando de sobrevivir con lo que tienen y sin mayores aspiraciones que mantenerse día a día. Pero su vida da un giro cuando aparece Beto, el novio de Estela, la hermana menor. A pesar de que Beto es un muchacho que se enfila en la policía y lleva un riguroso entrenamiento militar que lo hace vomitar, es ingenuo pues su mayor deseo es llevarse lejos a Estela y casarse con ella. Para conseguirlo roba unos paquetes de cocaína que habían sido decomisados y se los entrega a Estela para que los esconda en lo que él logra venderlos. Heli descubre la droga y la tira en un pozo de agua. A Beto lo espera una terrible represalia por su acción, arrastrando consigo a toda la familia de Heli.

A partir de este momento comienza la desintegración humana y social. A pesar de que Heli y su hermana logran sobrevivir, su vida no volverá a ser igual. Deben continuar y cargar con esta experiencia traumática el resto de sus días. Con resignación buscan retomar el camino tratando de reconstruir y rescatar lo que les queda como seres humanos y como familia.

“Heli” no sólo aborda el tema del narcotráfico y la violencia que deriva de él, sino que toca también temas tangenciales como la pobreza, la falta de oportunidades, la labor insuficiente y simulada del gobierno por combatir este mal (el “Vivir Mejor” se transforma en “Mejor Vivir”), la corrupción, la complicidad de los medios de comunicación con el gobierno en cuanto a la parcialidad de la información, la era de los videos en youtube y su consecuente generación de insensibilidad social, la desesperanza sobre el futuro de los niños mexicanos, el machismo aún presente y la lucha por mantener la unión familiar.

El desarrollo de la película es un poco lento pero en mi opinión eso permite a la audiencia procesar y reflexionar al momento lo que está viendo. Los críticos coinciden en que está repleta de simbolismos, por ello al ser pausada permite dar tiempo al espectador de asimilar los significados en su totalidad.

Entonces…

Aunque muchos podrán decir que entonces es una película que no nos presenta nada nuevo y además ya existen otros filmes como “El Infierno”, lo que busca Amat Escalante es enfrentarnos cara a cara con la situación que vivimos y no sólo mirarla de reojo. Cuando uno como espectador cree que el problema ha terminado es cuando apenas comienza: recoger los pedazos y volver a empezar. El director quiere que percibamos con todos los sentidos la destrucción del tejido social, ese concepto que los gobiernos han puesto de moda en sus discursos. Busca tocarnos por un instante con esa realidad tan cercana a cada uno y a la que rehuimos dejándola en manos de las autoridades.  

Así que yo les recomiendo mucho verla por lo menos una vez (en lo personal no la vería nuevamente porque uno se la pasa “con el alma en un hilo”) y “re-sensibilizarnos” ante esta situación que no puede ni debe ser permanente.

Además competirá por una nominación a la Mejor Película de Lengua Extranjera en los Premios Óscar y ya me podrán decir si la merece o no.

… By the way

Este 11 de noviembre cumpliría 85 años nuestro brillante mexicano Carlos Fuentes. El gobierno pasado instituyó el Premio que lleva su nombre para reconocer lo mejor de la creación literaria cada año. Consiste en la nada despreciable cantidad de 250 mil dólares, monto mayor que el Premio Cervantes de España y que cualquier otro en América Latina. Este 2013 no se entregó porque el nuevo gobierno decidió hacerlo bienal. Esperemos que así sea y no se convierta en una rencilla personal por los dichos del escritor después de aquella fascinante exposición sobre los tres libros…