Monday, 06 de May de 2024

Dios en el Poder

Martes, 05 Agosto 2014 00:49
Selene Rios Andraca

Eukid Castañón: El Espantapriistas

Por :
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El diputado pensó que era una broma.

Intentó saludar al operador morenovallista.

Se puso de pie como es cortesía entre políticos.

Pero los ojos del operador morenovallista estaban fuera de su órbita.

El diputado comprendió todo.

El diputado miró a todos lados, torció la boca, fingió una sonrisa.

El operador morenovallista ni siquiera miró al resto de las personas de la mesa.

Carlitos entendió que estaba en problemas.

En serios problemas con su principal promotor para la dirigencia estatal del PRI: Rafael Moreno Valle
**
Ay pues qué valiente me resultó el coordinador de los priistas en el Congreso de la Unión.

¿Lo escucharon muy Chucho Cuerero en su rueda de prensa en la Cámara de Diputados exigir con todas sus letras y sus pausas dramáticas la renuncia de los
secretarios morenovallistas Luis Maldonado y Facundo Rosas por el caso Chalchihuapan?

Para evitar que estorbaran con las investigaciones.

Jum.

Cuánta determinación.

Bueno no tanta.

Sí, tartamudeó un poco en la conferencia de prensa.

Bueno un mucho.

Tal vez muchote.

Pero lo importante es que a la mera hora no se rajó —Como el Filiberto Guevara que a ratitos se bajaba del pódium para no salir en la foto y evitar que lo regañaran los
morenovallistas y a ratitos se subía al pódium para salir en la foto y evitar que lo regañaran en el CEN del PRI—.

No huyó a Las Vegas como acostumbra, ni se escondió debajo del escritorio de Jorge Estefan Chidiac, como acostumbra.

Nada de eso.

Se paró frente a los medios de comunicación y leyó la postura del PRI en torno al caso Chalchihuapan.

Trastabilló unas cuantas veces. Pero fue porque no ensayó.

Leyó todo el comunicado.

Con muy poca convicción, pero lo leyó enterito.  

No piensen ustedes que Carlitos se estaba muriendo de miedo.

Para nada.

Qué va.

Hasta ese 28 de julio pensé que Carlitos estaba taaaaan, pero taaaaan, pero taaaaaaaaaaaaaan nervioso porque le tenía miedo a la prensa nacional, a los reflectores,
a las miles de personas que demandaban desde el patio legislativo la renuncia de “Moreno Valle asesino” y por la presión de su partido.
Ejem. Ejem.

Hasta ternura me dio el diputado.

Pensé: Ay cosis, es la primera rueda de prensa importante de su vida.

Guiño. Guiño.
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Después de la rueda de prensa, los diputados fueron a buscar un bolillo para el susto.

Carlos Sánchez, José Luis Márquez, Filiberto Guevara y sus respectivos asistentes, corrieron al restaurante Los Cristales a tomar agua siquiera.
Con los nervios más calmados, los diputados poblanos reían  a carcajadas de la estrategia de Filiberto Guevara para quedar bien con Moreno Valle y con el CEN del PRI: me subo y salgo en la foto del PRI, me bajo y no salgo en la foto de Moreno Valle, me subo y salgo en la foto del PRI, me bajoy no salgo en la foto de Moreno Valle, me subo y salgo en la foto del PRI, me bajo del pódium y no salgo en la foto de Moreno Valle… Me subo, me bajo, me subo, me bajo
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Los Cristales vibraron.

El aire se apagó.

El cielo se nubló.

Las carcajadas se apagaron.

Los tres pasaron saliva bruscamente.

Como pudo, Filiberto se limpió la comida de los dientes.

José Luis doblo y desdobló la servilleta de tela que tenía entre sus manos.

El poderoso y temeroso Eukid Castañón ni siquiera saludó.

Caminó tan rápido como se lo permiten sus rodillas hasta los tres diputados.

Pero su mirada desorbitada e inyectada de furia se concentró en el valiente y futuro dirigente del PRI, Carlos Sánchez.


¡No mames, pendejo! Te vamos a partir la madre… toda tu pinche madre— soltó el operador morenovallista acomodándose el pantalón.

—No, no, no, no cal-cal-calma, eso me-me dijeron…este yo, yo…— balbuceó el priista sin saber dónde meter las manos…

—¡Ni madres, cabrón! ¡Te vamos a romper tu puta madre!

—A ver… a ver… A mí me obligaron… yo-yo-yo te lo juro no quería….

—¡Nos las vas a pagar! ¿Crees que no tenemos tu expediente? ¿Tus gasolineras, tus pipas ordeñadoras a Pemex? ¿Tus bodegas clandestinas de gasolina en San Martín, pendejo?

—No, mira, es que, este… ¡Eso me dijo Manlio que dijera!

—Pues lo hubieras mandado a la chingada. Ya te la pelaste con la dirigencia, p-e-n-d-e-j-o.

—Pe-pe-pero me obligaron, y también Doger y Rocío y Manlio… ¡Me obligaron, te lo juro!

—Te aguantas, pendejo.

—¡Ya cálmate, te lo juro! No te enojes, por favor, dile al gobernador que yo no fui, que me perdone…

—¡Te vamos a hundir!

Fue lo último que dijo Eukid Castañón antes de salir del restaurante que se encuentra en el interior de la Cámara de Diputados.

Carlos Sánchez por poco rompió en llanto.

Filiberto Guevara y José Luis Márquez por poco lo abrazaron.

Dicen que desde entonces, Carlitos no duerme ni come bien. 

Que en sus pesadillas aparece Eukid.

Que cada una de sus pesadillas Eukid le grita y lo humilla públicamente.

Efectivo el Espantapriistas. 

Pobre: tal vez perdió a su principal promotor para la dirigencia y tal vez, le están armando un tamalito muy grueso por sus gasolineras, sus pipas clandestinas y sus ordeñas a los ductos de Pemex en San Martín Texmelucan.

#Zasculero

Miau.

P.D. Las groserías son cortesía del Euk, no mías.