El comisario Javier Rojas y el comandante Alfredo N, detenidos el pasado 15 de junio tras la ejecución de seis policías en Amozoc, quedaron en libertad debido a que el Juez de Control decidió no vincularlos a proceso por los delitos de espionaje y portación ilegal de arma de fuego; sin embargo, saliendo de la casa de justicia fueron aprehendidos nuevamente, ahora por el delito de homicidio calificado.
Los dos mandos fueron presentados ante el Juez de Control el pasado lunes 17 de junio y el Ministerio Público imputó en su contra solo los delitos de portación ilegal de arma de fuego y espionaje contra instituciones de seguridad y procuración de justicia pero anunciaron dos carpetas más en su contra por los delitos de conspiración y homicidio calificado contra los seis policías.
La audiencia de vinculación a proceso estaba programa para el mediodía del pasado viernes pero fue hasta la noche cuando se llevó a cabo. En ella, el Juez desestimó las pruebas presentadas por la Fiscalía General del Estado al considerarlas incoherentes y decidió no vincular a proceso a los dos mandos por lo que obtuvieron su libertad.
Las defensas de los imputados presentaron dictámenes periciales en Vialidad Terrestre para comprobar que el punto de su detención no ocurrió donde lo mencionó el agente del Ministerio Público, además de cuatro entrevistas entre las que destacan la de la esposa de uno de los policías asesinados y un oficial, quienes aseguraron ver a Javier y Alfredo en el lugar de la ejecución de los policías y no "en un punto cercano", como lo indicó el Ministerio Público.
También pudieron comprobar que el arma de fuego que portaba Javier era la de su cargo y no llevaba una más, como él en su momento lo declaró.
Por lo anterior, el Juez decidió liberarlos pero saliendo fueron aprehendidos nuevamente por contar con órdenes de aprehensión por el delito de homicidio calificado.
