Huachicol

Huachicoleros chilangos, los delincuentes silenciosos

- Foto: Especial

La capital del país es una región cotizada por los huachicoleros porque la recorren cinco ductos -de 12 a 16 pulgadas de diámetro- que transportan gasolina, diésel y turbosina de Hidalgo y Veracruz.

Por La Silla Rota

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En los primeros meses de 2017 el robo de combustible tomó visibilidad nacional y la dimensión de un problema de delincuencia organizada con ganancias millonarias, el cual parecía concentrarse en los estados de Puebla, Guanajuato, Tamaulipas y Veracruz; sin embargo, desde 2009 los huchicoleros comenzaron a ganar terreno de manera silenciosa en la Ciudad de México.

La capital del país es una región cotizada por los huachicoleros porque la recorren cinco ductos -de 12 a 16 pulgadas de diámetro- que transportan gasolina, diésel y turbosina de Hidalgo y Veracruz.

Tlalpan, Azcapotzalco, Gustavo A. Madero y Álvaro Obregón son las delegaciones capitalinas que presentan la mayor presencia de ladrones de combustible. Las demarcaciones por donde cruzan ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) son las que concentran la incidencia de huachicoleros chilangos.

En la Ciudad de México, la perforación de ductos y la extracción de combustible se dan en zonas con alta densidad de población, a diferencia de entidades como Puebla o Tamaulipas, que se realiza en predios alejados de viviendas.

La venta del combustible robado se hace a pequeña escala en bidones de 20 y 50 litros que se esconden en cajuelas de automóviles y camionetas para expenderlos en la central de abastos, el marcado de La Viga y sitios de taxis. Los contenedores de más de mil litros se ofrecen a empresas transportistas.

Huachicol en la capital

Las autoridades capitalinas y federales han guardado silencio ante el aumento del robo de combustible en la Ciudad de México y los riesgos para los habitantes ante este ilícito.

En la capital del país se da la perforación de ductos, la extracción, transportación y comercialización de gasolina y diésel robado, en la mayoría de las ocasiones en zonas habitacionales.

El 14 de diciembre de 2009, a unos 500 metros del edificio de Pemex, en la avenida Marina Nacional No. 157 en la Delegación Miguel Hidalgo se descubrió una toma clandestina y contenedores con 82 mil litros de combustible. No hubo detenidos, pero se inició la investigación.

Un año después, el 20 de diciembre de 2010, en la colonia San Martín Xochináhuac en la Delegación Azcapotzalco, vecinos reportaron un fuerte olor a gasolina en una bodega de la calle Fresno. Al inspeccionar el inmueble el personal de Protección Civil encontró una toma clandestina de la que se extraía combustible. Ninguna persona fue asegurada.

En Iztacalco, el 14 de enero de 2011, en el cruce de la calle Añil y Chicle se hizo el hallazgo de una toma clandestina a un ducto de Pemex.

A partir del 2015 se elevó la presencia de huachicoleros en la capital del país, principalmente en las delegaciones Azcapotzalco y Gustavo A. Madero, demarcaciones por donde cruzan poliductos de Pemex.

Al norte de la Ciudad de México se ubica la Terminal de Almacenamiento de Azcapotzalco, que cuenta con un sistema para recibir, almacenar y entregar gasolinas y diésel.

Recibe los combustibles de los poliductos de 14 pulgadas de diámetro de Tuxpan-Azcapotzalco, Minatitlán-Azcapotzalco de 16 pulgadas de diámetro, Tula-Azcapotzalco de 12 pulgadas de diámetro y Tula-Azcapotzalco de 16 pulgadas de diámetro.

Además mediante otro ducto se suministra turbosina al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

A los huachicoleros chilangos no les importa extraer el combustible cerca de zonas pobladas. Dentro de un domicilio en la avenida Santa Lucía y Rosa Blanca de la colonia Alfonso XIII en la Delegación Álvaro Obregón, el 20 de febrero de 2015, se detectó un ducto de Pemex perforado para sustraer combustible.

Policías capitalinos y personal de Pemex encontraron en el número 57 de la avenida de las Granjas, en la colonia Jardín Azpeitia en la Delegación Azcapotzalco, una toma clandestina y un tracto camión con un semirremolque con 40 mil litros de combustible robado el 26 de agosto de 2015. Nueve personas fueron detenidas.

Una segunda toma clandestina fue detectada en Azcapotzalco esa misma fecha. En la avenida Tezozomoc en la colonia San Miguel Amantla, se aseguró a cinco personas.

El 20 de octubre de 2015, en el camellón de la calle 304 y avenida Gran Canal en la colonia Nueva Atzacoalco de la Delegación Gustavo A. Madero se detectó una válvula de una toma clandestina y una camioneta con cuatro contenedores con 4 mil litros de gasolina.

A un costado de la autopista Ecatepec-Naucalpan, a la altura de la colonia Siete Maravillas en la Delegación Gustavo A. Madero, el 2 de marzo de 2016 la policía capitalina encontró una toma clandestina de diésel, estaba a unos metros del Colegio Cristóbal Colón. En el sitio había una casa improvisada donde dos personas resguardaban el combustible extraído.

En la Delegación Gustavo A. Madero, el 18 de febrero de 2017, en la calle Sonora en la colonia Providencia se encontró una casa donde se almacenaba combustible robado: tres contenedores con capacidad de mil 500 litros llenos y tres vacíos. Dos hombres fueron detenidos por la policía capitalina.

El 8 de abril de 2017 en el paraje La Mora en la Colonia San Francisco Tlalnepantla de la Dlegación Xochimilco, personal de Protección Civil y Bomberos detectó una toma clandestina, la cual estaba en torno a tres casas.

En el kilómetro 40 de la carretera México-Cuernavaca, en la Delegación Tlalpan, elementos de la Policía Federal encontraron una toma clandestina de hidrocarburo, el hallazgo se dio por un derrame de combustible el 29 de julio de 2017.

La noche del 1 de agosto de 2017, una alerta ciudadana llevó a la policía capitalina a localizar en la Desarrollo Urbano Quetzalcóatl de la Delegación Iztapalapa, un camión Dina que tenía un doble fondo en el que transportaba gasolina robada. La unidad provenía de Xico, Veracruz.

Las tomas clandestinas de ductos y el almacenamiento de combustible en la Ciudad de México van en aumento, y el riesgo es mayor porque el hurto de los hidrocarburos se hace en zonas urbanas, en áreas habitacionales.

La Silla Rota