Friday, 26 de April de 2024

Defender la belleza

Por Roberto Giordano Longoni Martinez / /

En días pasados, el líder de la facción política progresista, PODEMOS en España, Pablo Iglesias, envío una carta a la militancia del partido. En ella subraya el momento social y político trascendente que vive no solamente su país, si no, el mundo entero. La carta tiene por título “Defender la belleza”.

 

¿Porqué hablar de belleza cuando se habla de política?; ¿Qué relación guarda la estética con la transformación del mundo? Para los abanderados de las prácticas políticas de siempre, los seguidores de la llamada ¨real politik¨, cuya característica principal es un pragmatismo radical que no piensa los asuntos en su contenido y fondo, y se fija metas puramente en la forma, lo cual reduce a la política a una carrera de políticas públicas que mejoren el paisaje pero no las cuestiones que van más allá, como el tejido social, formas distintas de concebir la política y su quehacer, etc, hablar de belleza es un absurdo. Para los que pensamos que la política debe guardar una estrecha relación con la justicia social, la razón, la pasión y la verdad, tiene mucho más sentido hablar de política desde la estética que desde cualquier otro ámbito.

 

Pensar la política es un ejercicio filosófico, de profundidad crítica del pensamiento. Hay necios y ajenos que aún estigmatizan a la filosofía como una labor estéril o perdida. Sin sentido. Precisamente creo que la explicación de la razón de la filosofía, de sus motivaciones y sentires, está en que sirve para comprender al mundo, para darle sentido, no sólo de manera racional, si no también de manera sensible. Al lograr esta comprensión, es posible avanzar hacia su transformación. Esta rama filosófica que nace de la preocupación por la verdad y la justicia, nos permite pensar la belleza y lo sublime que puede residir en cada instante de realidad e irrealidad (la irrealidad donde se construyen las utopías y los sueños necesarios para el futuro). "La belleza" es un concepto ajeno a los tecnócratas (políticos a la mexicana) y sus acciones. Al leer la carta de Pablo Iglesias pensé en aquella canción de Luis Eduardo Aute, llamada precisamente "La belleza", y donde en algún verso subraya: "mercaderes, traficantes, más que nauseas dan tristeza, no rozaron ni un instante la belleza." Siempre creí que estos versos eran una denuncia contra el vacío del sentido que impera en tantos políticos y negociantes. Creo que puede resumirse en la denuncia del mismo Iglesias: "a nosotros nos brillan los ojos cuando hablamos de ciertas cosas. Nuestros adversarios no soportan esa belleza. No soportan que nos emocionemos. No soportan que la mujer que —a punto de romper en llanto— llamó criminales a los banqueros en el Parlamento sea hoy la alcaldesa de Barcelona. No soportan que nuestras sonrisas, nuestros besos y nuestros abrazos sean de verdad."

 

No soportan que creamos que la política debe pensarse desde nuevos parámetros y enfoques. Desde nuevas perspectivas que surjan de un abajo popular, consciente, libre y dispuesto a revalorizar y resignificar el mundo y la realidad. No soportan nuestra risa, nuestro llanto, nuestros cantos y nuestros gritos, porque es ahí donde reside nuestro ser humano más profundo, ese ser humano con quien quieren terminar, porque ese ser no se compra ni se vende, no es mercancía útil en el mercado, es “solamente” inmensamente bello, y para ellos la belleza no vale. 

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