Yeidckol Polevnsky ha demostrado ser todo menos de izquierda. Se ha caracterizado por ser una política intolerante, cerrada al diálogo y a aplicar sólo su ley. Y ahora está haciendo hasta lo imposible por reelegirse o ser nombrada oficialmente presidenta de Morena.
Una gran incongruencia según los propios estatutos de su partido y los ideales bajo los cuales fue fundado. Este fin de semana hubo Consejo Nacional y la señora propuso la más y nada menos que se reactivaran las afiliaciones para que participen todas las personas que se inscribieron a Morena hasta el año pasado.
Y como ya sabemos, esas afiliaciones fueron amañadas, el padrón de Morena fue inflado para beneficio de ciertos grupos políticos en los Estados y por supuesto, de todos los líderes de éstos que están con Yeidckol.
Por supuesto, los consejeros de Morena se opusieron y la mandaron por un tubo, exigiendo y determinando que en las asambleas estatales o municipales bajo las cuales se elegirá al nuevo presidente del Comité Ejecutivo Nacional de Morena, participen los morenistas que se afiliaron hasta 2017, por lo que los de 2018 cuando se presentaron las irregularidades quedarán fuera y con toda la razón.
Yeidckol ha encontrado un fuerte bloque y oposición que no se esperaba para poder permanecer en el cargo. Y esto tendrá repercusiones en Puebla, pues la aún presidenta de Morena tiene un bastión en la entidad.
Hay varios apuntados para la dirigencia estatal que dejó Gabriel Biestro en octubre pasado, pero el que suena más fuerte es Eric Cotoñeto quien está identificado justo con el grupo político de ella. Por supuesto, lo que suceda con el futuro de Yeidckol tendrá repercusiones en nuestro estado.
Por lo pronto habrá una nueva sesión de Consejo Nacional para exigir que se emita la convocatoria y con las condiciones que den los propios consejeros.