El país venezolano se encuentra en un momento crítico de la historia, tanto para éste como para el mundo, su situación se puede comparar sin duda con la de una persona convaleciente en su lecho de muerte, sin caer en drama alguno, con toda la seriedad del caso.
El nivel de la crisis humanitaria que vive este país ya ha sido catalogado por las Naciones Unidas como Emergencia Humanitaria Compleja. Esta clasificación tiene como característica particular ser más prolongada en el tiempo, con eje medular político y con afectación de todos los ámbitos que posee la vida humana.
El totalitarismo de un régimen dictatorial que sobrepasa lo meramente político, sustituye a la industria alimenticia de un aparato productor quebrado con paternalismo de bolsas y cajas de alimentos, sí y sólo sí, se pertenece al sistema con un “carnet de la patria”, de lo contrario, comer se convierte en una ilusión pues el sueldo de los venezolanos es un asunto tristemente irrisorio.
A este punto, aumentan las enfermedades por montón, en especial en niños y adultos mayores, hasta aquellas que habían sido erradicadas, por lo que el siguiente paso de la revisión de la salud se convierte en otro viacrucis, del cual salir resucitado es un asunto de azar.
De este nivel las cosas en lo que llamamos una Emergencia Humanitaria Compleja. Demás está decir la falta de agua, luz y transporte que tiene que sufrir todo aquél (sin excepción) que se encuentre en territorio venezolano.
Recientemente en el Consejo de Seguridad de la ONU varios representantes de las delegaciones de países europeos específicamente, han hecho mención a que confían en que el pueblo venezolano puede salir “sólo” de esta penuria. La pregunta cuando se habla de una posible intervención humanitaria internacional es ¿aún no se entiende la magnitud de la problemática? ¿cuántos migrantes más tiene que expulsar Venezuela para que los países del mundo comprendan el nivel de esta situación? . Es grave colocar la confianza en un organismo internacional que se dice cuidar de la seguridad internacional, cuando estamos hablando de un problema que afecta la seguridad humana, y no sólo de Venezuela, sino de todo país que reciba a venezolanos enfermos o en condiciones de calle por la terrible crisis económica y la situación de desnutrición en la que suele salir de Venezuela un ser humano. ¿Será que aún no se entiende en el sistema internacional la magnitud del problema?.
Cuando sucede una emergencia, la solicitud ante la posible pérdida es una URGENTE atención inmediata. Al menos aún hay quienes luchan por dar a conocer y defender los derechos de todo venezolano a la VIDA como cualquier ser humano con derechos humanos en cualquier región del mundo. Al menos aún quedan defensores de la vida… cuando el sistema se niega a proveerla… esta es la Esperanza.
GRACIAS POR LEERME.
El Hada de Guerra