Bien dice mi mami “es mejor comer en casa: sano, nutritivo, limpio y barato”. Mi sacrosanta madre siempre ha estado en contra de comer en la calle y comprar cualquier alimento callejero y qué razón tenía, pues luego hace daño, no es nutritivo y sale bien pinche caro.
Ahora comprendo por qué nunca pegó el logo de Enrique Agüera en su campaña a la Presidencia Municipal de Puebla en 2013, si la marca Yogen Früz nos ha visto la cara a muchos poblanos por no decir que a todos. Fue la primera y última vez que compro, consumo y me saboreo un helado de esa marca.
Desde entonces ya no le creo a esos amables vendedores que ponen sus caras de pendejos para que les compres algo, claro sin ofenderlos y agraviarlos, con todo el respeto que me merecen y les merezco, pero desde un principio deberían de decir en realidad cuánto cuesta comprar su respectivo producto.
Resulta que estaba haciendo tiempo en un lugar de la bella, siempre violenta y calidad ciudad de Puebla para ver a mi amiga Norma Saloma. En tanto llegaba la hora de la tan esperada cita de amigos, estaba pajareando o mejor dicho pendejeando, caminaba por aquí y por allá, hasta que…
Vendedor maldito pero dulce (Vendedor): ¿Gusta una degustación de helado Yogen Früz? (me preguntó el vendedor en tono dulce, cálido e inocente, pero yo no sabía sus malévolas intenciones).
Yo, inocente víctima (Yo): No gracias.
(Vendedor): Ándale, sin compromiso. Puedes degustar nuestros nuevos sabores refrescantes para la calor como frutos sexosos, moras quita sed, fresa frescura.
(Yo): Ok. Dame a probar fresa frescura.
Y entonces me dio la prueba, fue muy rico, de verdad me estaba refrescando.
(Vendedor): ¿Entonces se anima buen hombre? no está caro y es ideal para el calor.
(Yo): Bueno, dame uno.
(Vendedor): Ok ¿En vaso o cono?
(Yo): Vaso ¿Oye pero cuánto cuesta?
(Vendedor): Vaso 40 pesos, cono 50.
(Yo): en vaso por favor.
(Vendedor): ¿Una o dos bolas?
(Yo): Mmmmmm dos, por favor.
(Vendedor): ¿Las dos de fresa refrescante o te puedo poner una de moras o frutos?
(Yo): Mmmm, ponle una de fresa y la otra de frutos.
(Vendedor): ¿Quieres que le agregue cereal, chispas de chocolate, frutloops, zucaritas?
(Yo): Chispas de chocolate por favor.
(Vendedor): ¿Prefieres tequila, vino, chocolate, nutela, cajeta, rompope, 14 hierbas?
(Yo): Órale, le ponen de todo… yo creo que con cajeta.
(Vendedor): ¿Quieres que le pongamos una mora, cereza, fresa, rajas de durazno, manzana, o alguna fruta?
(Yo): Mmm, fresas por favor.
Terminó de ponerle todo, se dirigió a la izquierda justo a donde estaba una báscula, pesó el helado y fue cuando sentí como el frío me congelaba el cerebro, la vista, el olfato y el oído.
(Vendedor): Son 350 pesos.
(Yo): ¿Quéeeeeeeeeeeeeeeeeee? ¿Pues no que cuesta 40 pesos en vaso y 50 en cono.
(Vendedor): Sí, pero cada ingrediente extra cuesta 20 pesos y además es lo que pese. Su helado pesa 150 gramos, y con bola extra cuesta más y si es de otro sabor aún más.
(Yo): ¡No mames! Eso me hubieras dicho desde el principio y ya veía si te compraba un puto helado o no, o si te lo pedía con todas esas porquerías.
(Vendedor): Bueno pero me lo tiene que pagar.
Solo llevaba 200 pesos, le tuve que llamar a mi amiga Norma para que se apurara y me prestara 150 pesos. Por supuesto, ya ni fuimos a comer ni al cine ni a nada.
Norma: Eres un pendejo, para qué compras ese pinche helado tan caro, yo igual solo traigo 200 pesos, como dijiste que solo fuéramos a la fastfood.
Y así es como fui timado y pagué el helado más caro de mi vida.
Moraleja: mejor prepárense algo en casa o díganle a su mami que se los prepare, de seguro les saldrá más barato.
¡Claro! Chinguen al guapo.