Nadie esperaba que un hombre tan pacífico como Rudy Eugene atacara a un vagabundo deformándole de tal manera que hubo que reconstruir su rostro después de que Eugene le sacara los ojos, le arrancara la nariz y le desfigurara toda la cara. El agresor utilizó sólo sus dientes para agredir al vagabundo en el año 2012.
Rudy Eugene nació en Haití, en 1981, pero a corta edad se trasladó a Estados Unidos junto con el resto de su familia cercana. Durante su adolescencia no había mostrado ninguna actividad agresiva, pero al llegar a la mayoría de edad comenzó a consumir drogas, comenzando con mariguana y pasando por cocaína, heroína y por supuesto alcohol.
El consumo de estas drogas le trajo problemas, fue detenido varias veces por agresión; tomaba posturas agresivas, rompía las cosas que se encontraban a su alrededor cuando se molestaba. Pero el día en donde llegó a su límite, superó todas las barreras de la brutalidad.
Rudy se encontraba en su casa, era muy de mañana, sin embargo, Eugene se levantó y sin decirle a dónde se dirigía a su pareja, se subió a su vehículo y se alejó conduciendo.
Se desconoce si fue durante el trayecto cuando Eugene consumió la droga conocida como Sales de Baño, un psicoactivo que causa que las terminaciones nerviosas de las neuronas entren en conflicto. Esto genera que el sujeto que la consume se vea impedido a sentir dolor físico, además de que el sujeto pierde el control de la fuerza que ejerce, por último, también genera que una percepción acelerada, de forma similar a la creada por la cocaína.
Tras consumir la droga, Rudy Eugene comenzó a sentir una agitación extrema en su cuerpo, su ritmo cardíaco incrementó, comenzó a sentir una gran cantidad de calor. Tras recorrer varias calles desnudo y a toda velocidad, Eugene llegó a una gran avenida sobre la cual se encontraba un puente vial. Bajo ese puente vivía Ronald Poppo, un indigente. Cuando Eugene lo vio dormido bajo el puente comenzó el verdadero horror.
Rudy golpeó hasta el cansancio a Ronald Poppo, quien al encontrarse dormido y tener que pelear contra un hombre mucho más fuerte que él y bajo los efectos de las sales de baño, no tuvo oportunidad de defenderse. Luego de dejarle en un estado de semi-inconsciencia, Eugene comenzó a morderle la cara, desfigurándolo de una forma brutal: le comió los ojos, la nariz, la lengua y parte de la frente y las mejillas.
La agresión hacia Ronald Poppo duró alrededor de 18 minutos, hasta que el ciclista Larry Vega, que iba pasando por el lugar, fue testigo de la macabra escena, Vega dio aviso a la policía que al llegar a la zona de la agresión, quedó perpleja.
Los agentes, con pistola en mano, advirtieron a Eugene que dejara en paz a su víctima, Rudy volteó hacia los agentes mientras masticaba un trozo de la cara de Poppo, y soltó algo parecido a un rugido, su rostro se encontraba embarrado de sangre.
Los agentes dispararon a Rudy, le vaciaron cada uno, un cargador de su arma. Tras la muerte de Eugene, se acercaron a ver con verdadero espanto, pues Ronald Poppo se encontraba vivo, y con la cara absolutamente devastada por las mordidas.
¿Las sales de baño son las causantes de la agresión de Rudy Eugene?
El nombre preciso para denominar a las sales de baño es cantinonas sintéticas, se trata del compuesto químico 3,4-metilendioxipirovalerona, este químico tiene efectos muy similares a la de los activos de la cocaína pero es diez veces más potente. Su origen proviene de un extracto que proviene de la planta Khat, que es muy común en medio oriente y su forma viene en polvo blanco que puede ser inhalado o inyectado.
Debido al nombre, se suele confundir a esta droga con la que se utiliza en las sales minerales de aromaterapia, sin embargo, no tienen relación alguna.
Entre los efectos más comunes del consumo de sales de baño se encuentran los siguientes:
Paranoia
Sentido de persecución
Alucinaciones
Incremento en el deseo sexual
Ataques de pánico
Delirios con impulso de excitación: agitación y comportamiento extremadamente violento
Poniendo como base estos síntomas, uno pensaría que sí. Que la agresión de Rudy Eugene hacia Ronald Poppo se debió al efecto de las sales de baño, pero no es así.
El efecto de las sales de baño, por muy agresivo que parezca, no es suficiente para causar una agresión como la que sucedió, pero sí lo es para inhibir por completo la racionalización de los actos y para crear un efecto de potencia y resistencia al dolor, lo que causa que el cuerpo sea una vasija perfecta para cometer actos brutales.
Pero la transformación proviene de la mente de quien la consume, como con el alcohol, inhibir la voluntad del sujeto que la consume le hace un catalizador perfecto para cometer actos de absoluta brutalidad. El problema no viene de las sales de baño, sino de las cuestiones psicológicas que se ven al descubierto cuando el sujeto las consume.
Según el Instituto Nacional del Abuso a las Drogas (NIDA, por sus siglas en inglés), el abuso de las sales de baño genera una grave adicción que degenera en una grave caterva de enfermedades mentales y desgaste nervioso.
Sin embargo, a pesar de todos los puntos negativos, la adicción puede tratarse de forma efectiva con sesiones de terapia pero no existen medicamentos específicos para curar adicciones a las catoninas sintéticas.
Las drogas son catalizadores de reacciones impulsivas, el canibalismo puede determinarse como una reacción así. A pesar de que no se puede saber la razón por la cual Eugene atacó a Poppo, lo que es cierto es que ese pensamiento caníbal ya había pasado por su mente antes, y que en ese momento irrefrenable, se apoderó de él.
Ronald Poppo sobrevivió, gravemente herido y recibió más de 30 cirugías para poder recuperar un poco la figura de su rostro. Ronald fue internado en un centro para adultos mayores.
Los oficiales que dispararon contra Rudy Eugene fueron retirados del campo y requirieron intervención psicológica y psiquiátrica. Ambos se retiraron del servicio policial.
La familia de Rudy Eugene declaró no poder entender como una persona pacífica pudo haberse retorcido de una forma tan salvaje. De lo que sí están seguros es que el consumo de las drogas psicoactivas, especialmente de las sales de baño, fueron lo que quebró toda barrera entre Eugene y la brutalidad.
