Marina Cuamatzi es una de las 160 personas que resultaron afectadas tras el sismo del pasado 19 de septiembre en la junta auxiliar Metepec, perteneciente al municipio de Atlixco, es una mujer madura, vivía con sus dos hijos y sus familias en la casa que le heredaron sus padres, con el fruto de su esfuerzo como empleada doméstica había construido un patrimonio que desapareció en cuestión de minutos ese martes fatídico.
De acuerdo con el presidente municipal José Luis Galeazzi Berra, en Atlixco mil 500 viviendas registraron daños parciales o totales, una de las zonas más afectadas fue Metepec, en donde además se debe contar con la supervisión del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para realizar cualquier obra, situación que complica los trabajos.
Aunque la delegación en Puebla de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) informó que el pasado 16 de diciembre concluyó la entrega de tarjetas para la reconstrucción de viviendas dañadas, a Marina Cuamatzi este apoyo no le ha llegado, con todo y que su vivienda fue censada por la dependencia.
Marina y las integrantes de la familia Romero Gutiérrez recibieron apoyo, no de las autoridades, sino de la sociedad, un “voluntario” les construyó una vivienda provisional de lámina.
El techo de su vivienda colapso y cayó sobre sus pertenencias, nada se pudo rescatar, ni siquiera la mercancía de su pequeña pollería, que era su fuente de sustento.
Gran parte de la actividad económica de la comunidad se generaba por el Centro Vacacional del IMSS, que recibía a un importante número de visitantes, pero hoy al estar cerrado provoca que las calles estén vacías, los negocios con las cortinas abajo y, en general, el ánimo de los habitantes decaído.
Este fin de semana en Metepec se vivirá una amarga Navidad, aunque los afectados dan gracias por poderla vivir, juntos, en familia.