Friday, 26 de April de 2024

Academia

Centro de Detección Biomolecular de la BUAP, espacio de primer nivel para la investigación y vigilancia epidemiológica

- Foto: Especial

Mediantes sofisticadas técnicas, se rastrean padecimientos ocasionados por bacterias y virus, como la aún vigente tuberculosis

Por Central /@CentralPuebla /

Siempre surgen nuevas infecciones, sostiene Lilia Cedillo Ramírez, directora del Centro de Detección Biomolecular de la BUAP, al hablar de los padecimientos ocasionados por microorganismos que pueden poner en riesgo la vida de los seres humanos, como el virus del Zika, considerado por Naciones Unidas como motivo de una emergencia sanitaria global, al estar asociado a numerosos casos de microcefalia en Brasil, sólo por la picadura de un mosquito, el animal más letal para la humanidad.

Dada la importancia de conocer el origen de múltiples enfermedades, en el Centro de Detección Biomolecular -espacio de la BUAP para la investigación médica y la vigilancia epidemiológica- científicos realizan actividades de diagnóstico rápido y oportuno de estos problemas de salud pública en México, a raíz de la preocupación generada por la pandemia ocurrida en 2009 con la aparición del virus de Influenza AH1N1.

Desde esa fecha, los investigadores han montado técnicas de biología molecular encaminadas al diagnóstico de enfermedades infecciosas provocadas por virus y bacterias, sobre todo en aquellos padecimientos que en ocasiones son difíciles de identificar, mediante diagnósticos oportunos en distintos sitios anatómicos, pues como ocurre con la tuberculosis -que se asocia únicamente al pulmón- éstos pueden afectar varios lugares del cuerpo.

Cedillo Ramírez, maestra y doctora en Microbiología por el Instituto Politécnico Nacional, informó que la tuberculosis es una infección que debe diagnosticarse de manera temprana, para que los pacientes reciban un tratamiento oportuno y evitar la diseminación de la bacteria.

Las micobacterias pertenecientes al Complejo Mycobacterium tuberculosis y las micobacterias no tuberculosas son de gran interés médico por ser causantes de tuberculosis pulmonar y extrapulmonar, siendo las segundas las que han mostrado una mayor resistencia a los antibióticos”, informó la especialista, quien indicó que por ello, durante el último año, se han procesado 92 muestras para buscar la presencia de estos microorganismos, en pacientes atendidos por el IMSS y en el Hospital Universitario de Puebla (HUP).

Además de estos análisis, en el último año se han revisado 105 muestras para apolipoproteína E y 30 más para la del tipo B; 83 para la influenza AH1N1 e igual número para la AH3N2; diez muestras para Zika, diez para dengue y diez más para Chikungunya; 226 para el Virus del Papiloma Humano; ocho para bacterias asociadas a periodontitis; una para enterovirus y 51 muestras para otros cultivos.

En alerta ante el Bzzzzz de los mosquitos

No hay que odiar a los mosquitos sólo por sus picaduras o sus zumbidos nocturnos, expresó Lilia Cedillo Ramírez, quien ha realizado investigaciones en el Departamento de Microbiología de la Universidad de Alabama, Estados Unidos. “Hoy en día, los mosquitos son considerados los mayores asesinos de la humanidad, al transmitir enfermedades como la malaria, el dengue y el Chikungunya, entre otras”, se lee en su libro Bichos, bichos y ¡Salud para todos! (2016), el tercero de una serie editada por la BUAP.

A inicios del mismo año en que fue publicado este texto, la Organización Mundial de la Salud alertaba al mundo extremar precauciones por la aparición del Zika, un virus que también se trasmite por picaduras de mosquitos y que se ha relacionado con enfermedades neurológicas severas en miles de recién nacidos en Brasil. Desafortunadamente, dada la similitud climatológica de varios países del continente, que favorece la presencia de estos insectos, afectó también a otras 33 naciones.

En colaboración con el HUP hemos vigilado la aparición de nuevas enfermedades como la Chikungunya y el Zika, que son trasmitidas por virus. Estas dos -de reciente aparición en México y el estado-, junto al dengue, son padecimientos que comparten varios síntomas; por ello, resulta necesario utilizar técnicas de biología molecular para hacer estudios diferenciales”, comentó Cedillo Ramírez.

Causan fiebre, dolor en las articulaciones y cabeza, así como malestar general. En el caso del dengue -más frecuente en México-, el peligro puede incrementarse si se presenta el del tipo hemorrágico, ya que pone en riesgo la vida del paciente.

La investigadora de la BUAP explicó que es probable que haya un aumento en la incidencia de casos de dengue hemorrágico “cuando al principio de la temporada predomina uno de los cuatro tipos de microorganismos que generan el dengue (dengue 1, 2, 3 o 4) y al final de la temporada aparece otro”. Por ello, dijo, deben hacerse diagnósticos certeros sobre el tipo de virus que prevalece durante la temporada de brotes.

En el caso del virus del Zika –que se ha vinculado con la aparición de microcefalia en recién nacidos cuyas madres adquirieron la infección durante el embarazo-, es importante hacer un buen diagnóstico que lo distinga de las infecciones causadas por el virus Chikugunya. En ese sentido, informó, en el Centro de Detección Biomolecular se realiza el diagnóstico de las infecciones causadas por estos tres virus, bajo la coordinación del maestro en ciencias Sergio Tepacnécatl Xihuitl.

Vigilancia epidemiológica al servicio de Puebla

Año con año, el virus de la Influenza AH1N1 afecta el tracto respiratorio de personas consideradas en grupos de riesgo, como los pacientes diabéticos, inmunosuprimidos, con sobrepeso o con alguna enfermedad cardiaca. “Esta afección debe ser atendida de manera oportuna para evitar complicaciones”, señaló la investigadora.

En colaboración con el HUP hemos dado seguimiento a la incidencia del virus, ya que anualmente hay brotes -a veces importantes, otras no-, pero la idea es seguir vigilantes de cómo se comporta, sobre todo durante la temporada invernal y cuando se da la transición a primavera, meses en los que existe más posibilidades de manifestarse”, comentó.

Con este propósito, durante el año pasado se procesaron 83 muestras para el diagnóstico del virus de la influenza. “Estos análisis forman parte de las acciones que el Centro de Detección Biomolecular realiza en torno a la vigilancia epidemiológica, la cual es una herramienta fundamental para tomar medidas preventivas que disminuyan el impacto de las emergencias sanitarias causadas por microorganismos”, concluyó Cedillo Ramírez.