El romance que inició entre el presidente de la República, Enrique Peña Nieto y el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle en la campaña de 2012 con el proyecto conjunto del segundo piso de la México-Puebla, culminó ya tres años después con la inauguración de la obra entre halagos y un recorrido juntos por la vialidad.
Cuando Moreno Valle vio en 2012 que el candidato del PRI a la Presidencia tenía entre sus promesas de campaña la construcción del segundo piso, vio en él la oportunidad de concretar “el sueño de los poblanos”, que también había visualizado en su campaña.
El amor fue recíproco, el presidente priista Enrique Peña se olvidó de la reciente derrota que sufrió su partido en Puebla apenas el pasado 5 de junio. No recordó el discurso que sus correligionarios poblanos entonaron contra el morenovallismo ni la elección de estado ni la supuesta compra de votos. Peña Nieto vio a un gobernador con que quien tuvo un proyecto en común.
En el que probablemente fue su último acto oficial con Moreno Valle, quien el 31 de enero termina su sexenio, Peña Nieto brindó una despedida calurosa y complaciente. Subió al panista de copiloto en su camioneta y juntos transitaron por el segundo piso, todo transmitido en Periscope por el Presidente.
Descendieron de la misma camioneta en el recorrido por la vialidad que fue construida con la participación de sus empresas consentidas, OHL y Pinfra. Hasta en eso estuvieron de acuerdo.
VER: Segundo piso de la México-Puebla, el negociazo de Pinfra y OHL
La camaradería y el buen ánimo entre el mexiquense y el poblano se evidenciaron desde el arribó al lugar donde se montó la estructura del evento de inauguración. Ambos descendieron de la misma camioneta. Peña Nieto manejó desde la caseta del Viaducto Elevado que está cercana al Periférico Ecológico, hasta la altura de Villa Frontera donde se realizó el acto. Moreno Valle lo acompañó como su copiloto.
Más tarde el propio Peña reveló que rompió las reglas de tránsito en el traslado: “algunos de los que me acompañaban, venía yo manejando, venia grabando, venían preocupados, porque entre grabar, manejar y explicar lo que estábamos entregando, pues no estaba tan fácil, pero nos mantuvimos con cierta prudencia”.
Tras tomarse la foto oficial y develar la placa conmemorativa, inicio el ritual de cada evento presidencial: las selfies del presidente de México con los invitados durante todo el trayecto hasta llegar el presídium. El gobernador poblano estuvo en primera fila observando la “popularidad irreal” de Peña Nieto, pues las encuestas dicen que es el mandatario con peor aceptación entre los mexicanos.
El intercambio de halagos
En sus discursos, ambos revelaron que el acuerdo de construcción del Segundo Piso nació cuando Peña Nieto era candidato a la presidencia por el PRI en 2012, año en que el PAN perdió el gobierno de México, con Josefina Vázquez Mota como candidata.
“Durante mi campaña yo estuve planteando la necesidad de encontrar una solución vial, sin embargo, cuando llegué al gobierno y empezamos a hacer el proyecto ejecutivo y los cálculos de aforo, yo no veía cómo íbamos a poder cumplir con ese sueño de todos los poblanos. Hasta que usted un 27 de abril del 2012 como candidato a la presidencia de la República suscribió el compromiso número 40 para construir el Viaducto Elevado de la Ciudad de Puebla. Y recuerdo muy bien la plática que tuvimos, ya usted como presidente de la República, en donde planteábamos cómo poder resolver este reto enorme y usted generosamente autorizó que se diera una concesión estatal”.
Y Peña respondió:
“Porque el gobernador bien ha referido como nos encontrábamos así al inicio. Cuando él llegó como gobernador se convirtió en un anhelo la obra. Luego resultó muy fácil para quienes somos candidatos, me endosó la obra y yo la asumí como un compromiso. Pero no se quedó atrás, el gobernador no se quedó atrás, (dijo) ya la tiene usted por compromiso pero déjenos ser parte del esfuerzo para realizarla. Por eso se le concesionó la parte de los 15 kilómetros de lo que es la carretera Puebla-México.
Moreno Valle fue el encargado de inaugurar el acto protocolario y no escatimó esfuerzos para lanzar flores al presidente. Primero sostuvo que el gobierno peñista ha contribuido a la transformación de Puebla, compartiendo así con el mexiquense su principal slogan de gobierno.
El segundo halago fue al enfatizar, “yo no sé quién sea gobernador o gobernadora del estado dentro de 30 años, pero tendrá mucho que agradecerle a Enrique Peña Nieto”, debido a que al término de la concesión que tienen OHL y Pinfra para operar el Segundo Piso, la obra será del patrimonio estatal y con ello los recursos que se cobren por el peaje.
Por ello, invitó a Peña a que regrese a Puebla antes de que acabe su gobierno, ya sea para inaugurar el cuartel Militar en Xicotepec o el Tren Turístico Puebla-Cholula.
En su discurso, Peña Nieto devolvió la camaradería y sostuvo que el Viaducto Elevado, cuya inversión es de 10 mil 500 millones de pesos, se concretó la voluntad política del gobierno federal y el de Puebla.
“Lo que hace posible que entreguemos esta obra al final es un trabajo de colaboración entre el gobierno de la república y el gobierno de Puebla. Quiero dejar constancia del reconocimiento de este esfuerzo compartido, a esta voluntad política comprometida para materializar esta obra”.