Sunday, 19 de May de 2024
Lunes, 06 Julio 2015 03:45

"Me duele Chalchihuapan": clama el edil desde la cárcel

Dentro de prisión, Jairo Javier Montes Bautista cuenta cómo ha vivido los últimos meses encarcelado en el dormitorio Z del penal de San Miguel, donde comparte espacio con otro preso político, el ex edil de San Miguel Canoa, Raúl Pérez Velázquez, los dos por el mismo delito: oponerse al retiro del registro civil en sus comunidades. 

Por : Edmundo Velázquez / @mundovelazquez

Aún dentro del penal de San Miguel, el ex edil de Chalchihuapan Javier Montes Bautista no cede su lucha. Asegura que, a pesar de que sabe que estará tras las rejas al menos hasta que termine el gobierno de Rafael Moreno Valle, vive pensando en la situación de su pueblo y su gente, heridos hace un año por el cruento desalojo en la autopista Puebla-Atlixco que dejó como saldo la muerte del niño José Luis Tlehuatle. 

Yo ya sabía que si me enfrentaba con el gobierno, a esto me iba a atener. Lo que me duele es mi gente, mi pueblo. Me duele que no sé para dónde va el movimiento, sé que no tiene sentido ni dirección, sé que hay gente que lo utiliza sin haber estado ahí ni conocerlo, hay quienes se han aprovechado y hablan en mi nombre, en nombre de Chalchihuapan”. 

CENTRAL tuvo acceso este domingo al dormitorio Z del penal de San Miguel, donde el ex edil comparte la zona con su compañero de lucha, Raúl Pérez Velázquez, ex presidente municipal de San Miguel Canoa, con quien emprendió el movimiento de la Coordinación Estatal por la Dignidad de los Pueblos (Cedip), para evitar que el gobierno de Rafael Moreno Valle les arrebatara el registro civil. 

Javier Montes tiene 27 años y  comenzó a ser perseguido por el gobierno del estado quien lo culpó por supuestamente haber convocado a los pobladores de Chalchihupan a manifestarse el pasado 9 de julio y armarse con palos, piedras y cohetes para "atacar" a los policías estatales que intentaron desaloharlos. 

El ex edil luce temeroso sobre lo que pasa en su comunidad. Bajó ya 18 kilos en prisión y aún bromea diciendo que “le ha sentado bien la cárcel”.

No, no te creas, la vida aquí es muy difícil. Aquí estamos aislados. En patio estás más cómodo, hay miles de personas pero hay tiendas y todo es más barato. Vivir acá además de que sale más caro pues es más vigilado”, comenta.

La madrugada del 21 de noviembre de 2014, Jairo Javier Montes Bautista fue detenido en el municipio de Cohuecán, en los límites de Morelos y Puebla. La detención se dio con más de 20 camionetas de elementos ministeriales. 

Teníamos una reunión. La planeábamos en el estado de Tlaxcala. Sabíamos que no se iba a hacer en Puebla. Ya tenía por lo menos tres amenazas directas de compañeros del movimiento a los que les habían avisado que me iban a detener. No sé cómo fue que dieron conmigo. Pocos sabíamos dónde estaba”, recuerda.

El dormitorio Z

Los accesos al dormitorio Z dentro del penal de San Miguel tienen un filtro mayor. Para llegar a la zona donde se encuentra Jairo Javier Montes hay que pasar al menos tres casetas de vigilancia y acreditarse. Una pequeña caseta telefónica se mantiene controlada a la puerta del dormitorio.

Debes de dar todos los datos, a quien llamas y cuánto tardas, todo, nos tienen muy vigilados”, dice.

Son solamente 9 reos los que se mantienen en el dormitorio Z. Hay tres mesas en el patio desde donde se ven las crujías que ocupan cada uno de ellos. Como todos los domingos, limpian sus espacios para recibir visitas. Huele a cloro y detergente. Mientras uno de los reos barre la crujía 1 del dormitorio, aparece Jairo Javier vestido de color caqui con una camisa blanca y de rayas delgadas color café dispuesto para la entrevista. 

Existe una leyenda negra que rodea el dormitorio Z: usualmente se liga con historias y sujetos del crimen organizado o de alta peligrosidad. Jairo Javier evade hablar de sus compañeros, agacha la cabeza cuando se le pregunta cómo se encuentra después de casi ocho meses de reclusión. En una de las mesas contiguas se encuentra Raúl Pérez Velázquez, el ex edil de Canoa, quien luce más delgado y se le puede ver tejiendo pulseras en plática con otro reo. 

Aquí lo peor es el aislamiento. Quiero que me pasen a patio. Aquí la comida es más cara. No hay tiendas, no hay nada. Aquí bajé 18 kilos. Estoy bien, me preocupa Chalchihuapan. Me preocupa mi pueblo”, comentó.

La traición

Para Javier Montes Bautista pareciera que el movimiento que inició la CEDIP se ha olvidado. “A la gente ya se le olvidó porqué comenzó todo. Ahora ya no les importan las juntas auxiliares, ni los registros civiles, ni que la gente tenga acceso a los servicios. Ya se olvidaron todos de eso”. 

-Se habla de que te entregaron… ¿sabes quién fue? ¿Te traicionaron?

-Después de mi detención no supe en quien confiar. Todos se culpaban hasta donde supe. Y pues se dijeron muchas mentiras. Se decía que todos me habían traicionado. Querían dividirnos y lo lograron. Mi detención debilitó al movimiento. Me metieron aquí y no supe por un tiempo qué pasaba en Chalchihuapan. Supe que muchos se colgaron del movimiento. Pero no les importa Chalchihuapan. Yo sé que la gente aún tiene mucho miedo. Quisiera que estuvieran tranquilos.

Por los hechos ocurridos en Chalchihuapan aún se mantienen detenidos dos presos, Florentino Tamayo Ponce y Vicente Juárez García; quienes fueron detenidos el 18 de octubre junto con tres vecinos más. 

Pero me preocupan los otros dos presos. Cuando nosotros revisamos la detención de los primeros cuatro detenidos salieron sin problema. Y ahora aún faltan dos detenidos y yo. Y eso me inquieta. Por ellos, por sus familias. Creo que el movimiento de Chalchihuapan lo ha tomado gente que no tiene que ver con mi pueblo. Han surgido otros grupos con otras banderas y está bien, los respeto, no los ataco”.

La defensa de Javier Montes está por cambiar

Sobre el procedimiento penal que enfrenta por los hechos violentos de Chalchihuapan, Jairo Javier Montes da pocos detalles. Admite que desconoce en qué se encuentra su defensa y adelantada que próximamente cambiará de abogados.

Mi defensa no la lleva Alejandro del Castillo. La llevan abogados que no son de Puebla y he pensado en cambiarlos. Siento un poco estancado el proceso, no sé en qué va. No he hablado con mi madre desde hace meses. No tengo comunicación con ella. Le he llamado y no responde”. 

Además, recalcó que a pesar del protagonismo que ha ganado su madre, Araceli Gómez Bautista, no quiere entrar en confrontaciones con ella:

No quiero confrontaciones con ella. Solamente sé que el abogado Alejandro del Castillo está metiendo mucho ruido. Y hay muchos golpeteos mediáticos. Pero no los está llevando a nada. No hay cómo se resuelvan las cosas, así no se puede. Con golpeteo en los medios no se puede. No todo es contra el gobierno” .

—¿Estando aquí adentro abandonas la lucha?

—Urge que el movimiento se reagrupe. Estoy haciendo esfuerzos. Es muy complicado desde cárcel. Pero quiero que se sepa que no nos hemos rendido. Yo, insisto, estaré seguramente por años. Por mucho tiempo aquí dentro. Pero tengo esperanzas en que mi pueblo siga adelante. Me duele mi pueblo, me duele que usen su nombre. No quiero que se olvide por qué se lucha.