El 10 de agosto quedará en la memoria de los poblanos como el día en el que el sentir de una sociedad harta de violaciones a los derechos humanos, atropellos y represiones por parte del gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, se hizo presente y se expresó a lo largo de los 4.68 kilómetros que recorrieron miles de personas que, a pesar del sol y el largo recorrido, no dudaron en mantener en alto su consigna: "juicio político contra el mandatario poblano por represor".
Fueron más de 10 mil personas las que, con pancartas, mentadas de madre con dedicatoria especial y distintos motivos, se unieron para marchar contra un gobernante que decepcionó poco a poco a todo aquel que creyó en el cambio que prometió en 2010: "Moreno Valle, ¡devuélveme mi voto!", gritaron.
Desde las 10 de la mañana, pequeños contingentes de personas comenzaron a llegar lentamente a la Fuente de los Frailes, uno de los dos puntos de reunión que sirvió para organizar e invitar a todo aquel que deseara marchar, otros ya se concentraban en el estacionamiento de Las Ánimas.
El recién creado MORENA y la Comisión Nacional de Derechos Humanos, fueron las primeras instituciones que hicieron acto de presencia. Poco a poco, medios de comunicación, campesinos, indignados por la privatización del agua, por los proyectos de muerte, empresarios lacerados por la clausura de los verificentros, y familiares de los presos políticos encerrados por oponerse al Gasoducto Morelos se reunieron en el inicio de la Juárez.
Para las 11:30 horas las pancartas ya hacían acto de presencia y mostraban a todos los espectadores quién era el enemigo público en turno: "El góber bala", "el tirano panista", "Miss Bala", el creador e impulsor de la polémica #LeyBala y de tantas leyes que han afectado a los poblanos.
La Marcha del Silencio por la Dignidad y La Paz en Puebla en contra del autoritarismo de Moreno Valle comenzó su andar casi al mediodía, momento en el que alrededor de 4 mil personas provenientes del Triángulo de las Ánimas se unieron al contingente de la Fuente de los Frailes y sumaron más de 10 ciudadanos.
Uno a uno, distintos poblanos de todos los sectores y rincones de Puebla se fueron integrando: organizaciones civiles, militantes de partidos políticos de ambas ideologías como la diputada federal, Roxana Luna Porquillo; el petista Gerardo Fernández Noroña; la panista Ana Tere Aranda, el priista Enrique Doger, el ex alcalde Gabriel Hinojosa; el empresario Emilio Maurer; el abogado de Ricardo Henaine, Rodrigo Aragón; campesinos, representantes de medios de comunicación, etc, ingresaron a la capital de la ciudad poblana.
A lo largo del andar sobre la Avenida Juárez, el Paseo Bravo y parte de la Avenida Reforma, cánticos a una sola voz como “Moreno, entiende, Puebla no te quiere”, “Esos son, esos son los que chingan la nación” y “Moreno, asesino, que matas a los niños”, retumbaron en las calles y llamaron la atención de propios y extraños.
Ni el rayo caliente del sol logró impedir que los más de diez mil poblanos se adueñaran de la plancha del zócalo ante el aplauso de turistas y comensales de los restaurantes de la zona.
La catedral fue testigo de los momentos finales de la mega marcha: más gritos que claman justicia, más pancartas y lonas que exhiben a un gobierno intolerante y un minuto de silencio que el contingente de poblanos indignados le otorgó al niño asesinado en la autopista Puebla-Atlixco, José Luis Tehuatlie, quien es el estandarte de la lucha contra la represión en Puebla.
Fotos: Esteban de Jesús/Viridiana Lozano/EsImagen