Saturday, 18 de May de 2024

Dios en el Poder

Martes, 22 Julio 2014 02:41
Selene Rios Andraca

La soledad del tirano

Por :
  • Imprimir
  • Email

Columnas Anteriores

Por eso te dejaron solo, Rafael.

Porque lo único que salió de tu boca en esos primeros momentos de crisis fue odio.

Porque lo único que ofreciste en esos momentos fue rabia.

Porque trataste de manipular a doña Elia para que culpara a sus paisanos.

Porque trataste de linchar a Chalchihuapan.

Porque a ciegas dijiste que a José Luis Tehuatlie lo hirió un cohetón.

Porque dijiste que tus Policías no llevaban armas.

Porque dijiste que tus Policías eran las víctimas.

Porque cuando supiste del niño herido de muerte, escupiste contra él y su familia.

Porque dijiste que los habitantes de Chalchihuapan usaron a los niños como escudos y te diste la vuelta.

Porque le prohibiste a tus medios aliados hablar del desalojo del 9 de julio.

Porque después te quedaste asesinamente callado seis días.

Porque cuando te quedaste callado, tus medios hicieron lo mismo.

Porque cuando al fin hablaste otra vez, culpaste con toda tu furia, con todos tus dedos, con tu Estado a los habitantes de la minúscula junta auxiliar.

Porque tu versión fue una burla de grandes, muy grandes calibres.

Porque tu absurda versión se desmoronó con videos y fotografías.

Porque te volviste a quedar callado.

Porque trataste de fingir que no pasaba nada.

Porque ni siquiera te molestaste en ir al Hospital General del Sur a ver cómo estaba tu víctima.

Porque te fuiste de host al Estado de México, en plena agonía de José Luis Tehuatlie.

Porque José Luis Tehuatlie tuvo muerte cerebral.

Porque ni en esos momentos te dignaste a dar una palabra de consuelo.

Porque cuando abriste la boca fue para gritar que no era tu culpa.

Porque fabricaste un dictámen con un ex empleado tuyo para culpar a los manifestantes del pequeño pueblo.

Porque exhibiste un “peritaje científico” que Juan Pablo Piña hizo con una cabeza de marrano (¿?¿?).

Porque intentaste culpar a doña Elia Tamayo de la muerte de su hijo.

Porque quisiste que tus medios aliados culparan a doña Elia de la muerte de su hijo.

Porque quisiste justificar la muerte del niño José Luis porque sostuvo una pancarta aquel 9 de julio.

Porque justificaste la muerte de José Luis bajo el argumento de que “era un manifestante más”.

Porque quisiste culpar al niño de su propia muerte.

Porque hiciste que tus medios aliados culparan al niño de su fatal destino.

Porque te desesperaste, perdiste el rumbo y hoy un niño está muerto.

Porque no importa cuánto lo intentaste, no importa cuántas líneas le dictaste a tus aliados, no importa cuántos marranos fueron sacrificados para los peritajes del carnicero de Juan Pablo Piña, porque no importan las fotos ni los videos ni la férrea defensa de unos cuántos medios que tienes en la mano, tu culpabilidad te detaló.

Porque hoy, hasta  hoy matas tu #LeyBala.

Y no por el niño, Rafael.

No matas tu necedad por la sangre que ya costó.

Matas tu #LeyBala para no terminar de hundirte.

Matas tu #LeyBala por tu conveniencia.

No por misercordia.

Por eso, Rafael, todos te dejaron solo.

**

Porque de los 40 empresarios de medios, directores, columnistas y reporteros que citaste en el Centro Integral de Servicios la noche del domingo para que culparan a Doña Elia de la muerte de su hijo; para que criminalizaran a Chalchihuapan; para que descargaran su pluma contra los cuatro detenidos; para que atacaran a la diputada Roxana Luna; para que justificaran la muerte de José Luis por cargar una pancarta; para que acusaran a doña Elia de no cuidar a su hijo; para que te sacudieran el mote que te acompañará toda la vida #MorenoValleAsesino, de esos 40, sólo unos cuántos te creyeron y te obedecieron ciegamente.

Y casi nadie te llevó de tema principal en sus medios.

¿Te diste cuenta?

¿Viste con qué poca convicción te defendieron?

¿Supiste que muchos de tus periodistas como Arturo Luna (Puebla on Line), Jorge Rodríguez (El Sol de Puebla), Jorge Machuca (NG), Patricia Estrada (Vértice 102) y Ricardo Morales (Efekto 10), entre otros de tus convidados, no escribieron ni una jota en  tu defensa?

¿Miraste que tu coartada fue una nota perdida en esos medios tan aliados tuyos, que publicaron una nota insustancial a sus portales pero que no se atrevieron a fijar una postura a través de sus plumas?

¿Sí te diste cuenta que no fue unánime tu alegato para exculparte mediáticamente con la cabeza de un marrano de la muerte del menor?

¿Leíste que Pablo Ruiz recuperó un poco de dignidad: te madreó en su columna y en la portada de Milenio no salió tu versión con peritajes científicos con cabezas de marrano?

Claro, te habrás dado cuenta con qué determinación te defendieron Síntesis y Sexenio, así como columnistas de “muy alto nivel”: Fabián Gómez, Miguel Ángel Cordero y Roberto Desachy.

Supongo que aún no entiendes por qué te abandonaron.

Es muy simple Rafael: porque algunos de tus aliados tienen en su corazón un mínimo de humanidad para horrorizarse con tu crimen.

**

Ojalá, Rafael, que no puedas dormir;
ojalá que nunca encuentres paz;
ojalá, Rafael, que nunca dejes de pensar en el niño;
ojalá que la culpa te devore;
Ojalá que su fantasma te persiga a donde vayas
y te atormente para siempre
Ojalá.