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Nos educan para celebrar a México pero no nos enseñan a amarlo, somos el México de las formas, de los colores, del "Viva México" pero todo este entusiasmo contrasta con la manera como marginamos a nuestra propia raza, la dirección de nuestras aspiraciones siempre siguiendo a otros países y lo más grave, saboteando nuestro crecimiento con el estigma que permanece en la memoria colectiva representada en frases como "Jugamos como nunca, perdimos como siempre", "como buenos mexicanos", "¡qué nos podemos esperar si somos mexicanos!"
Toda esta realidad tiene un punto de inicio y para comprenderla tenemos que revisar el proyecto del sistema educativo en nuestro país y sus resultados, desde pequeños el modelo tradicional se basa en la realización de actos por aprendizaje y no por convicción.
Ver entrevistas donde la gente confunde héroes y fechas de la revolución con la independencia son la mejor evidencia y un contraste muy poderoso para aquellos que "por tradición" portan un traje mexicano sin saber su origen, decoran sus rostros con colores que ni siquiera saben lo que representan y lo más grave sin entender el motivo y lo que representa una independencia real.
No se trata de educarnos para celebrar a México en una fecha, se trata de que aprendamos permanentemente a amarlo, ¿cómo? La base es el conocimiento.
No nos sirve de nada que en el sector educativo desde pequeños se nos condicione a que el 15 de septiembre es una suspensión porque celebramos un día de la Independencia del cual no conocemos su significado aunque portemos colores patrios.
Para amar a nuestro país hay que conocerlo, una visión fraccionada, manipulada y desfasada , una versión de libro "Institucional" no es suficiente, la historia de México se vive a diario, no por una temporada como ocurre en estos días patrios, se requiere una visión integral.
La mejor manera de celebrar una independencia es contextualizándola en lo que en realidad significa, obtener la libertad no solo política sino ideológicamente.
Una lucha que en la actualidad sigue quedando pendiente en la agenda de todos los mexicanos, una independencia política no sirve si seguimos siendo esclavos de nuestra desidia sobre lo que sólo en discurso presumimos tener, un país libre
Aprendiendo a ejercer nuestra libertad basado en nuestro pensamiento crítico es el mejor camino para construir una nación independiente. Seamos receptivos a lo que tenemos alrededor, nuestras etnias, lengua, gastronomía, arquitectura, literatura y todo lo que sea México.
La independencia es una lucha que se vive a diario, un concepto de fondo no de formas.
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