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La constante exposición a contenidos que se difunden de manera repetitiva en diversos medios, es capaz de generar una especie de programación que nos hace reaccionar ante distintos sucesos de una manera hasta cierto punto sugerida.
Durante meses hemos sido bombardeados constantemente de mensajes que muestran a la figura presidencial de Enrique Peña Nieto como una persona no apta para cumplir su puesto, simplemente como un inepto y esto poco a poco ha ido dejando huella en nosotros, nos hemos programado para verlo de esa manera, y es curioso pero ante las situaciones de crisis que nuestro país ha vivido en los últimos meses es interesante tratar de explicar la razón de la poca movilidad y participación de la sociedad para exhigir a las autoridades se haga algo al respecto.
¿Qué le puedes exhigir a un inepto?, ¿no es hasta cierto punto lógico que una persona que no tiene la capacidad de gobernar tenga el país hecho un caos? uno de los efectos lógicos de una programación de esta naturaleza sería fijar una postura de pasividad, ¡es lógico que Enrique Peña Nieto al no tener capacidad tenga al país hecho un caos y no se le ocurra cómo solucionar estos problemas!, esa es la conclusión y ante ella solo nos quedaría esperar y dejar en manos de la suerte a nuestro país.
Cito un ejemplo contrario, en su momento Feliipe Calderón nos vendió una idea totalmente diferente, la de un presidente que tomaba riesgos, una país de reformas y cambios. Bajo esa filosofía los mensajes a los que fuimos expuestos de manera permanente fue la idea del cambio, por supuesto ésta tenía sus riesgos, a la gente no le gusta cambiar, a todos nos agrada una zona de confort por lo que los errores al intentarlo y fallar serán mucho más severos, Calderón falló en muchas cosas, una guerra contra el narcotráifico que se le salió de control y ese "fracaso" le costó mucha popularidad porque las personas señalaron con mayor rigidez esta situación pero en el caso de la economía, hubo un momento en que se registró un aumento del dólar, el cual fue igualmente criticado, ¡cómo es posible que la moneda americana subiera más de 13 pesos!, clamaban una sociedad mexicana enardecida e indignada y se lo reprochó a alguien que nos vendió una imagen de competitividad y de riesgos con mayor exigencia en sus resultados, pero ¿por qué no medimos con la misma regla a Enrique Peña Nieto? es muy sencillo, el nos vendé por muchos medios la imagen de ineptitud (aunque no sea un mensaje que provenga directamente del Estado), es lo que nos proyecta por lo que los efectos de su imagen son más viscerales en cuanto a su persona pero mucho más pasivos en sus resultados al grado de que el dólar sigue en aumento y peligrosamente se acerca a los 18 pesos y la sociedad mexicana, pese a ver la alerta en distintos medios informativos simplemente no reacciona, de manera exageradamente pasiva no hace un ejercicio de opinión pública y exige al Estado acciones inmediatas para tratar de solucionar este problema, da una impresión de simplemente estar resignada. ¿Qué resultados le puedes exigir a una persona que no es apta para su puesto? el resultado es precisamente esta pasividad con la que observamos lo que sucede y que termina siendo producto del constante bombardeo de mensajes que nos dicen, ¡es un inepto!
La verdadera opinión pública se consigue cuando de manera colectiva utilizamos la razón para buscar un cambio social por lo que una postura crítica a los mensajes que constantemente decidimos exponernos juegan un papel muy importante, se requiere una lectura a consciencia no solo del estilo del mensaje, sino de la globalidad del contexto para poder hacer un análisis a profundidad de muchas estrategias que de manera indirecta, buscan confundir a la opinión pública, venderles una idea de libertad de expresión pero que en el fondo es poco efectiva debido a la pobre capacidad de respuesta que como sociedad tenemos ante asuntos que son públicos y que deberíamos atender con mayor prontitud y atención.
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