Para nadie es un secreto que el ex gobernador Rafael Moreno Valle y el presidente Enrique Peña Nieto son amigos y cómplices. Todo el mundo lo sabe, quienes no, lo sospechan y los acuerdos así como los negocios que han hecho también son un secreto a voces.
Ejemplos hay muchos que hasta rayan en lo absurdo; han sido tan descarados y cínicos como el marido que le es infiel a la esposa con la vecina, y a pesar de que lo encuentran con “las manos en la masa” niega todo y pretende engañar a todos.
Qué tal todos los acuerdos que cabildeó Moreno Valle como presidente de la Conago, para que los gobernadores aprobaran las reformas de Peña Nieto.
Los presupuestos históricos que Peña Nieto le dio a Moreno Valle para ejercer en sus 6 años de gobierno y diría el aún diputado federal del PRI Alejandro Armenta “con un cheque en blanco”.
Las obras que Moreno Valle dio a las empresas favoritas de Peña Nieto como Grupo Higa, OHL y Pinfra.
Y la forma en que el gobierno federal se ha hecho de la vista gorda ante los actos de corrupción y desfalco al erario poblano por parte de Moreno Valle.
Pero ¿A qué viene toda esta recapitulación que ya todos nos sabemos?
Pues que una fuente muy confiable me comentó que debido a la pésima imagen que tiene el PRI y a su desprestigio social, Peña Nieto prefiere apoyar a Moreno Valle aunque éste sea postulado por el PAN y desmantelar toda la operación priista para que el ex gobernador de Puebla sea presidente de la República.
Es decir, que el mandamás de México pondría a disposición de Moreno Valle toda la estructura del gobierno federal y del PRI para que sea candidato del PAN a Los Pinos y para que le gane a Andrés Manuel López Obrador.
Es más fácil que el grupo Atlacomulco negocie con el ex gobernador de Puebla y lo apoye en su búsqueda de la Presidencia de la República, a que llegue a acuerdos con los Calderón o el líder nacional del PAN, Ricardo Anaya.
¿Por qué?
Pues hay más de una evidencia de una relación de complicidades y negocios.