Yo soy un vil perro corriente.
Eléctrico, sin raza.
Soy un perro callejero.
Pues es que así crecimos en la Central de Abastos.
Cero pedigrí
Así que cuando veo a una perrita fina, la sé reconocer.
Luego luego me le voy sobres.
Porque una cosa es ser pobre y de familia numerosa y otra no poder ubicar cuando hay raza de la buena.
Y apenas andaba yo en Twitter y que me encuentro a la perrita de mis sueños.
Fina y con un pechito blanquito, blanquito.
Es la perrita de Sherlyn.
Y se llama La Neni Boo…
Y pues es que si a alguien le traigo ganas, esa es la Sherlyn.
Así que cuando me enteré que tenía perrito corrí a Twitter a buscarle tooooodas sus fotos.
Y me encontré con La Neni Boo.
¿No se la quieren comer?
(¿Y a la dueña también?)
Resulta que La Neni Boo es una pome… ¿Pómez…?
No. Una pomeranian. O algo así. Yo ni sabía que existía esa raza.
Ah, y como su mamacita, también es una estrella.
Ya está a punto de iniciar el rodaje de su película “Amores Perros”, una adaptación canina del peliculón de Iñárritu.
A la perrita le encanta que la llenen de flores.
O sea está muy muy muy consentida.
Se me hace que por eso los hombres no le aguantan el paso a la Sherlyn.
Tiene un perrito muy exigente.
Y ya me estoy preocupando, porque quiero que La Neni se cruce con mi Solovino.
¿Será que mejoramos la raza?