18 de Abril del 2024

Vida y Estilo

“Compartir a mi pareja con otra persona fue más placentero que mi primera vez”; historias swinger en Puebla

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Puebla se reconoce por ser un lugar difícil, por la cultura, por la educación, por las familias tradicionales que hay. Desde el momento en que se toman en cuenta cosas como el lugar donde comes o donde compras, eso también influye en el ambiente swinger

Por José Manuel Sandoval / @totzpa /

Son adultos jóvenes, comparten el trabajo, la familia y un club exclusivo de encuentros para practicar el intercambio de parejas en Puebla; fuimos hasta su guarida en busca de ésta historia.

Carlos explica que el hecho de tener apertura sexual como hombre o como mujer ocurre de la misma forma, es como todos en algún momento, preguntarse qué va a pensar su esposa si le confiesa ciertos secretos o deseos de practicar “algo diferente” en la intimidad.

Carmen contribuye a su postura como pareja y expresa que, para ellos, ser swinger es un proceso de comunicación y confianza que requiere de mucha solidez, complicidad, amor, entendimiento y muchas otras cosas. “Toda la lealtad”, dice.

Es por eso que su casa, el “Eden Love House”, exige cumplir con determinadas características para ser parte de sus reuniones semanales y eventos especiales donde decenas de parejas acuden al encuentro.

Las parejas que asisten deben ser sólidas, saber lo que buscan y quieran divertirse, insisten los anfitriones a lo largo de la entrevista, pues para ellos esta práctica hace de las relaciones lazos más fuertes, con una comunicación efectiva, mayor complicidad y capacidad para resolver situaciones de pareja.

La definición literal de “swinger” hace referencia al intercambio y tal como se conoce en todo el mundo, se trata específicamente de compartir a tu pareja con alguien más.

Swinger " sale de las reglas, no es una distracción. Es una relación de dos y la forma en que se comparte la libertad”, así es como la pareja poblana de Carmen y Carlos definen su estilo de vida.

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El intercambio de parejas

Fetiches, lencería, juegos eróticos y otras formas de estimulación suelen practicarse a la hora de mantener encuentros de esta categoría.

Sus reuniones tienen cabida los fines de semana y debido a que las parejas funcionan como cualquier otra en Puebla, solo en días de descanso pueden aprovechar para “divertirse” a su manera.

Música, copas y juegos se combinan con la noche para dar paso al encuentro, que funciona a grandes rasgos, de la siguiente forma:

Presentación: la noche comienza con la llegada y presentación de las parejas ante los demás, ellos explican sus gustos y lo que buscan en la reunión. Se realizan aclaraciones y así los otros participantes tienen claro lo que los demás buscan.

Pre-copeo: ocurre como en un bar regular, se comparte una copa con los demás, se rompe el hielo y las parejas buscan la forma de acercarse a los otros. Se realizan dinámicas y juegos para cooperar en este proceso de apertura.

Primeros acercamientos: una vez que las parejas entran en confianza, pierden la timidez y debido a que los juegos son eróticos, las personas se mantienen en un estado de estimulación que los sigue motivando a querer compartirse con los demás. Nalgadas, hielo derretido, besos y desnudos forman parte.

La hora de compartirse: Carmen y Carlos cuentan con un club amplio en el que pueden practicarse diversos intercambios. Las parejas pueden mantener su encuentro en cualquier sitio de la casa, aunque la mesa de billar, el cuarto oscuro y el privado son las sugerencias.

El cuarto privado puede ser utilizado según su disponibilidad, y no se exige un número mínimo de personas para ocuparlo. Tiene una puerta que puede ser asegurada para mantener mayor privacidad.

El cuarto oscuro es una propuesta que implica estar en penumbra para mantener el encanto, tiene camas y muebles dispuestos para observar y ser observado, para relacionarse con otras parejas, además no tiene puerta para facilitar que otros participantes se agreguen al acto.

El estilo de vida swinger se practica alrededor de todo el mundo y Puebla no es la excepción, pues, aunque el “Eden Love House” es un ejemplo exclusivo, las redes sociales han permitido que el ambiente crezca, generando mayor acercamiento entre quienes son partidarios de llevar a cabo un estilo de vida que puede ser percibido como tabú, aún en plena era de la información y la tecnología.

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Nunca se entra al ambiente swinger para tratar de salvar un matrimonio

A decir de nuestros testigos, cualquier persona con quien compartes este ambiente puede llamarse “cómplice” pues la dinámica que se genera dentro, hace que conozcas a más personas afines, platicar, mantener relaciones sexuales o simplemente tener “un secreto compartido”.

Hay parejas que entran aquí queriendo salvar una relación que ya está rota y eso en lugar de ayudar, acelera el rompimiento”, explican.

Y es que, según su experiencia, algunas parejas han decidido intentar la práctica swinger como una posibilidad de renovar su relación; como una Caja de Pandora que puede dar un giro a sus vidas y salvar lo insalvable.

Sin embargo, hacer esto puede resultar contrario a rescatar una relación, puede lastimar a los implicados y afectar sus vidas severamente, pues intercambiar parejas como una forma de vida, no se reduce a un hobbie ni mucho menos a una válvula de escape.

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El proceso para ser parte de “Eden Love House”

El intercambio de parejas no solo ocurre entre duetos, gran parte de las relaciones swinger comienza su práctica realizando tríos con otros hombres o mujeres, esto según el consenso de ambos y la preferencia sexual de cada uno, ya que el ambiente no es exclusivo de heterosexuales.

Puedes encontrar pareja o puedes venir ya con alguien. Hombres y las mujeres sacan a flote sus inquietudes y deseos y te das cuenta que este es un mundo de inquietudes en el que la gente va buscando fines en común”.

Carlos define a su club como una sociedad civil sin fines de lucro y asegura que el único objetivo es generar un espacio en el que se comparten afinidades entre ellos y los miembros de la casa.

Las parejas comienzan a participar del ambiente swinger a propósito de pláticas eróticas, juegos sexuales y formas de fantasear con otras personas.

Esta forma de vida, no funciona si uno de los dos está inseguro, pues una regla vital del ambiente es que no puedes obligar a tu pareja a hacer algo de lo que no esté convencido.

Cuando ambos tienen el deseo de practicarlo, entonces lo intentan. Aunque a decir de los anfitriones del club “entre sentir deseo de hacerlo y practicarlo, hay un proceso complejo y largo”.

Para poder acceder a su club swinger es necesario atravesar ciertos filtros, una entrevista para conocer a las parejas, su origen, la forma en que se conocieron y cómo supieron de la existencia del lugar.

Carmen explica que la mayoría de las esposas son bisexuales o tienen curiosidad de conocer el cuerpo de otra mujer. Lo mismo ocurre con los hombres, y aunque es menor la tendencia masculina de la bisexualidad, esto no se cataloga como una característica buena o mala, “se trata solo de lo que te gusta y quieres hacer”.

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“No implica romanticismo, el amor es exclusivo de tu pareja”

A propósito del amor, Carmen y Carlos aseguran que compartirse mutuamente con otras parejas implica una mezcla de sensaciones físicas y extracorpóreas, aunque si de sentimientos se habla, el swinger no combina el amor con la cama.

No se trata que no desees estar con tu esposa, se trata de que deseas hacer con tu esposa o tu marido muchas otras cosas”.

La práctica puede ser considerada como swinger desde el hecho en que se comparte visualmente la intimidad con otras personas, “tiene que ver con la adrenalina de lo que estás haciendo”, dice nuestra pareja.

No significa que el intercambio sea total, que sea obligatorio mantener relaciones sexuales con alguien más. Consideran esta práctica desde el hecho de compartir la intimidad con otras personas, pues esto es una forma en que se estimulan los sentidos y se provoca excitación.

Como cuando eres chamaco y vas a tener tu primera relación sexual; es una travesura y esto también es una travesura, pero en pareja y yo puedo decirte que es lo mejor” (risas).

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Tú vas a Plaza Dorada y yo a Angelópolis: Puebla elitista

Puebla se reconoce por ser un lugar difícil, por la cultura, la educación, por las familias tradicionales que hay. Desde el momento en que se toman en cuenta cosas como el lugar donde comes o donde compras, eso también influye en el ambiente swinger.

Así lo describe la pareja Carmen-Carlos, quienes explican que además del elitismo que se puede experimentar en Puebla, existe un sentimiento compartido entre la comunidad swinger: el temor a ser señalados.

No puedes decirle a todo el mundo: ‘hoy me lo hizo en esta posición’ porque quizá quieran sacar agua bendita después de escucharlo”, (risas).

En Puebla, a diferencia de otras entidades del país, el ambiente que se vive durante el intercambio de parejas, es percibido por nuestra pareja como “más liberal”, ya que, según su descripción, la gente es más abierta, más natural y se percibe menos marcada la selectividad entre las parejas.

Hay parejas que buscan modelos, aunque ellos no lo sean. Hay algo que les hace creer que pueden ser así, que escuchar salsa o cumbia se considera menos, como en los antros”.

En Puebla, existen clubes que se hacen llamar “grupos de élite” y se autodenominan exclusivos debido a los requisitos que sus participantes deben cubrir para formar parte: ser blanco, delgado, tener cierta medida de cintura o el tamaño de los senos.

Afortunadamente en esta casa no ha pasado eso, aquí no puedes entrar por la cantidad de dinero que tienes o por tu físico, sino por tu nivel de educación y respeto con todos”

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