28 de Marzo del 2024

La imposibilidad del amor virtual

Por Betzabé Vancini / /
La imposibilidad del amor virtual
Foto: Especial

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Ya hemos hablado en diversas ocasiones de las redes sociales para conseguir pareja y la simplificación de las relaciones que implican. Hace dos semanas escuché en el radio al Dr. Raúl Alcázar Olán, colega investigador de la Ibero Puebla y daba unos datos muy interesantes: entre más redes sociales use una persona mayor es su sensación de soledad. Las redes se transforman en una fuente de aprobación y de valoración. La persona se siente valorada a través de los likes y atractiva a partir de cuántas otras personas acceden a su perfil.

Precisamente, ayer en la clase de clínica le daba a mis alumnos el ejemplo de Theodor en HER -película de Spike Jones-, hablábamos de la imposibilidad de Theo para contactar con otros seres humanos al grado de enamorarse de su sistema operativo. Un futuro NADA lejano. Y digo nada lejano porque cada vez son más las personas que establecen relaciones de pareja virtuales.

La relación virtual implica varias evasiones a la responsabilidad y al compromiso de una relación real que se da en lo cotidiano. Las menciono q continuación:

                0.            La relación está acotada a un tiempo y espacio virtual del que fácilmente se puede escapar apagando el teléfono.

                0.            La pareja no tiene la posibilidad de adaptarse en lo cotidiano, conocer amigos y familia, tener círculos en común y eso hace la relación fácilmente suprimible.

                0.            Al no haber contacto sexual, la persona no “se juega” en la verdadera intimidad y conexión física.

                0.            Tener una relación virtual le permite a la persona escapar de su realidad en una fantasía.

                0.            Al no haber convivencia cotidiana, la relación es “perfecta”. Y cada uno de los miembros tienen siempre el control sobre lo que muestran de sí y por lo tanto, de lo que percibe el otro.

Estas zonas de “seguridad” que se dan en el romance virtual muy bien podrían ser equiparadas con los primeros romances infantiles: todo es ilusión y nada es concreto.

Si bien los sentimientos que la interacción puede producir son muy tangibles y el enamoramiento virtual es posible, el gran problema de lo virtual es que NO ES REAL. Recordemos que la pareja se sostiene de comunicación, afecto y sexo, y en el caso de una relación virtual únicamente está la primera necesidad resuelta. Puede ser que hablen de muchas cosas y que lleguen a un grado importante de confianza, pero una relación de pareja real necesita contacto físico. Diversos estudios muestran cómo el olfato refuerza el vínculo de la pareja pues el olor de la otra persona despierta zonas primitivas de atracción y apego. Los abrazos, besos, caricias y por supuesto, el contacto sexual es indispensable.

Ahora, estoy lista para que quienes tienen relaciones de pareja virtuales empiecen a aventar las piedras de la indignación, peor a mí me gustaría invitarles a pensar ¿qué es lo que les parece tan amenazante de una relación real en el aquí y ahora? ¿Qué hay en tu autoestima que te cuesta trabajo mostrarte a otros? Tal vez es temor a comprometerse, a no poder escapar, a qué es lastimen o a tener que hacerse cargo de qué funcione. Tal vez les ha tocado ver ejemplos muy rudos y disfuncionales de parejas y les ha parecido mejor refugiarse en la perfección de la distancia.

Lo lamentable en esto es que la relación virtual va a durar hasta que alguno de los dos se aburra y entonces lo único que tenga que hacer sea borrar la aplicación o bloquear al otro de los contactos. Cruel, pero cierto.

Por supuesto, me encantará leer sus comentarios o responder sus preguntas vía Twitter en @betzalcoatl

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