25 de Abril del 2024

Puebla y la elección más violenta (de la que tengo memoria)

Por Edmundo Velázquez / /

 Cuenta hasta diez

El cierre de edición de la jornada electoral del 1 de julio fue complicado.

Y no fue complicado por lo cerrado de los porcentajes entre Martha Erika Alonso y Luis Miguel Barbosa. 

Ni por lo lento que viene el conteo del PREP.  

Fue complicado por el simple hecho de intentar recapitular la jornada más violenta en las últimas elecciones de Puebla.

VER: Puebla vive la elección más violenta en su historia

Me ha tocado ver procesos electorales como reportero desde los tiempos de Melquiades Morales Flores.  

Sí, la neta han sido pocos. 

Cuatro gobernadores y varios procesos electorales federales y estatales. 

Pero jamás había visto el nivel de violencia que ocurrió este 1 de julio de 2018. 

Por lo menos en la capital poblana   

Realmente no apuntaba a que la jornada se tornara violenta.

Fuera de la tardanza de la apertura en el inicio de la jornada electoral no había mayor novedad.  

Pero entre 14:00 y las 18:30 horas del 1 de julio tuvimos, al menos, 15 casillas violentadas.

El modus operandi fue el mismo. Sujetos armados quienes disparaban al aire intentaban sembrar el pánico entre los electores y funcionarios de casilla. Tomaban las urnas y luego escapaban, algunos rompían papeletas aún en blanco o otros simplemente las regaban al suelo.

Así ocurrió en Fuentes de San Aparicio, Barranca Honda, San Francisco Totimehuacán, la colonia Aquiles Serdán, en la ex Hacienda Rancho  Colorado,  Loma  Bella,  Bosques  de  San  Sebastián,  San  José  Mayorazgo,  la colonia Patrimonio,  San  Aparicio,  Tres  Cruces,  Universidades  y  la Jesús  Gonzáles  Ortega. 

El colmo fue lo ocurrido en la colonia Xilotzingo donde los vecinos retuvieron por horas a dos ladrones de urnas después de volcar una camioneta en la que transportaban votos y urnas recién robadas.

El caos se apoderó de la calle 24 Sur. Los vecinos exigían que se quemaran vivos a los dos mapaches electorales.

Hasta que intervinieron funcionarios de la Procuraduría General  de  la  República (PGR). Pero la escena terminó con los dos ladrones siendo rescatados y los vecinos de Xilotzingo y Tres Cruces enfrascados en una batalla campal de ladrillos, piedras, palos, gas y toletes con las fuerzas municipales. 

Así no debía terminar un día de elecciones. Con los servidores públicos tornados contra los ciudadanos y los ciudadanos enardecidos que pedían a gritos quemar a dos mapaches electorales.

La cosa no se calmó. Dos operadores de Acción Nacional fueron asesinados en San Andrés Cholula; un hombre de 32 años fue ejecutado a disparos en la avenida Juárez y un joven más fue asesinado también con un balazo en la colonia Minerales del Sur en una borrachera entre bandas, a pesar de que existía ley seca.

A todos estos incidentes no estoy sumando los cuatro cuerpos encontrados dentro de automóvil Platina atrás del hotel Encore al mediodía en Cuautlancingo.  

Tampoco estoy sumando los conflictos del interior de Puebla.

Así las cosas, así nuestra elección más competida, la más violenta.  

Pero, hay una buena noticia.  

Hubo una participación histórica.

El Instituto Electoral del Estado planteó una participación del 68 por ciento entre los ciudadanos poblanos. 

Las filas fueron largas. La gente acudió con su familia, saludó a los vecinos, se reencontró afuera de las enormes bardas y las rejas que han colocado para cuidarse de la inseguridad. 

Quizá no todo está perdido.

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