Los padres, por su parte, los guardan por el valor sentimental. Sin embargo, los dientes de leche poseen algo en su interior que vale la pena aprovechar: células madre.
Investigadores del National Institutes of Health, Estados Unidos, afirman que estas células se encuentran en la pulpa dental de los dientes de leche y pueden regenerar piel, tejidos (cardíaco y hepático), hueso y articulaciones.
Además de servir en el tratamiento de algunas enfermedades como diabetes, Alzhéimer, esclerosis múltiple, artritis; entre otras.
De acuerdo con investigadores del Laboratorio de Ciencias Básicas e Ingeniería Tisular, de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, los dientes de leche tienen mayor poder regenarativo que los dientes permanentes, pues sus células son jóvenes y no han sido tan expuestas al ambiente.
Sin embargo, para mantener su calidad y que sean buena fuente de células madre, deben ser extraídos por un dentista, pues así no se altera su suministro de sangre.
Los dientes extraídos deben enviarse a Bancos de células madre dentales, mismos que se encargan de recolectar, evaluar, aislar y crio preservar las células madre de este tipo.
Si tienes un hijo, ya sabes que puedes usar sus dientes de leche a favor de su salud.