Hasta el escritorio de Ricardo Anaya, líder nacional del PAN, llegaron pruebas que involucran a Eduardo Rivera, exalcalde de Puebla, en un acercamiento con el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), montado en su ambición por ser candidato a gobernador.
El movimiento a escondidas no le gustó a la militancia. Lleva dos malas, dicen. Hace unas semanas coordinó la fracasada campaña de Josefina Vázquez Mota al gobierno del Edomex y, esta vez, el grupo que encabeza José María Iguíniz pide que sea expulsado por “alta traición”.
Ahora, a Ricardo Anaya le queda analizar si es verdad que el exedil busca prebendas y beneficios, a cambio de quedarse en el PAN, o esperar a ver si es el primer convexo azul que se viste de “moreno”, como lo han hecho experredistas y expriistas.
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