Delincuencia

Impunidad causa que en México sigan matando a niños, niñas y adolescentes: Redim

- Foto: Especial

Para la Redim, el próximo año no descenderá la violencia en contra de los pequeños, quienes incluso tendrán que enfrentarse al olvido de los políticos que intentarán ganarse un puesto

Por Sin Embargo

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Ocho días después de ser reportada como desaparecida, Diana Paulina Rendón Alcaraz, fue localizada sin signos vitales en un camino rural de Chilapa de Álvarez, Guerrero. Tenía 13 años. El hallazgo de su cuerpo, el 20 de noviembre, formó parte del epílogo sangriento de un 2017 desbordado de violencia en contra de los menores de edad en México.

Secuestros, desapariciones, homicidios, violencia sexual, matrimonios obligados, crimen organizado, corrupción, pobreza, falta de educación, ausencia de oportunidades y catástrofes naturales, las pesadillas a las que están expuestos los pequeños.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) informó en 2015 que en México había 39 millones 214 mil 411 niñas, niños y adolescentes de entre o y 17 años. Es decir, dicha población ocupaba la tercera parte de la nación (32.8 por ciento). Y fueron ellos, los que no han alcanzado los 18 años, uno de los sectores más golpeados en el penúltimo año de gobierno del priista Enrique Peña Nieto.

“Algo que es muy preocupante es el deterioro, año con año, de la situación en nuestro país en términos de institucionalidad, seguridad, violencia, y la protección de niñas y niños. Es cada vez más alarmante”, señaló Juan Martín Pérez García, de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim).

“Los datos sobre niños desaparecidos, robados, secuestrados y/o asesinados evidencian la violencia más reprobable de una sociedad pues atenta contra los sectores no sólo más vulnerables, sino aquellos que deben ser protegidos por la sociedad en su conjunto, a quienes se les deben procurar bienestar”, apuntó Jeanine Mondragón, doctora en Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México.

LOS NIÑOS QUE SE ESFUMARON

Hasta el 31 de octubre del 2017, había 33 mil 513 personas no localizadas en México, de acuerdo con el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED). Del total, 533 estaban entre los 0 y 4 años de edad; 477 entre los 5 y 9 años; mil 736 entre los 10 y 14 años y 4 mil 994 entre los 15 y 19. Es decir, 7 mil 740 de los 0 a los 19 años.

El mismo Registro revela que 72.3 por ciento (4 mil 394) de las desapariciones de menores de edad ocurrieron durante la administración de Enrique Peña Nieto. Sólo en 2016 fueron mil 431 los casos.

El reporte La invisibilidad de la desaparición de niñas, niños y adolescentes en México, elaborado por la Redim, señala que entre 2006 y 2014 fueron 6 mil 725 menores de edad de los que se desconoció su paradero.

La mayoría de los desaparecidos que no superan los 18 años son mujeres.

No sólo son las desapariciones. Las bandas criminales levantaron la mano y provocaron estragos en la vida de menores. A través del reclutamiento, de la trata de personas y de las adicciones han generado imágenes crudas que han cimbrado la sensibilidad del país.

LOS HOMICIDIOS

En el informe La Infancia cuenta en México: Desafíos en el acceso a la justicia para niñas, niños y adolescentes se reveló que cada día, en México, son asesinados tres menores de edad.

El 13 de septiembre, a dos días de las celebraciones patrias, una imagen capturada por Bernardino Hernández, de la agencia Cuartoscuro, mostró una vez más la realidad a la que se enfrentan los jóvenes. Era la sangre y tres cuerpos, entre ellos el de un muchacho de 15 años edad, asesinados en Coyuca de Benitez, Guerrero.

“Parte del problema está en el contexto de la grave crisis de derechos humanos que vive el país y que tristemente el Estado mexicano se ha negado a reconocer”, apuntó Pérez García, de Redim.

Hasta el momento no hay una cifra exacta del número de menores de edad fallecidos en el 2017. El año pasado, de acuerdo con el Inegi, hubo 2 mil 163 defunciones por homicidio de personas entre los 0 y 19 años.

García explicó que “ser adolescente de 15 a 17 años de edad, representa 30 por ciento de mayores probabilidades de ser asesinado. Una mujer joven tiene mayor probabilidad de ser desaparecida y de ser víctima de feminicidio que una adulta”.

Y agregó que en el caso de ser mujer la que desaparece se enfrenta a la estigmatización: “no se mide la responsabilidad del Estado, se culpa a la familia y se culpa a la víctima. El Estado no asume su responsabilidad y la deposita en el ámbito privado, en la familias. El Estado no está abatiendo la impunidad. La mayoría de los delitos en contra de niños, niñas y adolescentes quedan en la impunidad, hay una garantía de impunidad en delitos que se cometen contra menores”.

Los casos se enumeran. El 18 de marzo, en otro ejemplo, Lupita, conocida como “Calcetitas rojas” fue asesinada en la avenida Bordo de Xochiaca, en Nezahualcóyotl, Estado de México. Nadie la identificó ni la reclamó hasta los primeros días de diciembre.

“El maltrato a menores propicia daños irreparables para toda la sociedad, es obligación de las autoridades velar por sus derechos, y también de todos los ciudadanos evitar exponer a menores a círculos de violencia”, explicó la doctora Mondragón.

LA VIOLENCIA SE EXTIENDE AL ÁMBITO ECONÓMICO…

No sólo es la violencia física. En México, un niño se enfrenta también a las desigualdades económicas y sociales.

De acuerdo con un informe presentado el año pasado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y el Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (Unicef), en México el 53.9 por ciento de los niños, niñas y adolescentes vivían, de una u otra forma, en la pobreza.

“Hay 53 por ciento de pobreza en personas menores de edad, y si son de origen indígena, 8 de cada 10 son pobres. Es decir, hay una discriminación estructural por ser niño, niña adolescente, y se va a cumulando si se es indígena o si se tiene alguna discapacidad. Y frente a todo este escenario, el Estado mexicano no ha logrado revertir esas brechas de desigualdad, garantizar los derechos…”, lamentó Juan Martín Pérez García.

La pobreza conlleva, en muchos casos, la falta de acceso a la educación, lo cual genera otro tipo de problemas: los embarazos en adolescentes, por ejemplo.

En octubre, el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir informó que el número de alumbramientos de mujeres adolescentes en México aumentó 10 por ciento en los últimos dos años.

“Una adolescente o niña que se embaraza tiene menos oportunidades de desarrollo”, dijo en ese momento Ximena Anguión, directora del Instituto.

Y los problemas no paran. Un menor también es obligado a casarse, a laborar en las calles…

Para la Redim, el próximo año no descenderá la violencia en contra de los pequeños, quienes incluso tendrán que enfrentarse al olvido de los políticos que intentarán ganarse un puesto.

“Niños y adolescentes estarán olvidados de las agendas. Paradójicamente ese año votan millones de nuevos votantes, es decir, personas jóvenes que hace muy poquito dejaron de ser niños y que ahora van a votar. La clase política no entiende que niños, niñas y adolescentes van a poder cobrar (las fallas)”, explican.

La solución está en comenzar a escucharlos, empoderarlos, darles un lugar como ciudadanos en plenos derechos. Y, señala la Red, no dejar los esfuerzos en leyes y programas que no cumplen con lo necesario.

“Sí es necesario que existan cambios en las estrategias y políticas, sin embargo lo veo un poco complicado, ya que se debería de empezar desde muy arriba. Es un país que antes de preocuparse en los demás siempre se ve por uno, principalmente cuando hay poder y dinero de por medio”, dijo Yarenis Zepmora, maestra mexicana que trabaja todos los días con niños de preescolar. Y lamentó la vulnerabilidad de los menores en nuestro país.

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