Momentos de pánico vivieron los ocupantes de la unidad 121 de la línea Atah que realiza servicio ordinario en la ruta Apizaco-Chignahuapan, cuando dos sujetos armados los asaltaros. Los ladrones encañonaron a los pasajeros e incluso dispararon al aire para amedrentarlos. ambos delincuentes no superaban los 15 y 17 años de edad.
Según el portal Reporte Sierra Norte, los hechos ocurrieron la tarde-noche de este viernes, cuando los sujetos abordaron la unidad a la salida de Apizaco y a la altura de Tlaxco se levantaron de sus asientos y amagaron al chofer y pasajeros exigiendoles sus pertenencias.
Uno de los hampones incluso realizó un tiro al aire que impactó en una de las ventanillas del frente, causando pánico entre los pasajeros.
Con lujo de violencia el tipo que controlaba la parte delantera del autobús amagó a una mujer de la tercera edad quien levantaba del piso las medicinas que se le cayeron al momento del asalto dado que el chofer frenó bruscamente a causa del susto y le espetó “no te pases de lista hija de la chingada porque te va a cargar la chingada”.
La misma ofensa aplicó con un ancianito que viajaba sólo con nieto de escasos seis años, a quienes obligó a tirarse al piso a punta de pistola.
En el autobús sólo viajaban 5 mujeres, quienes con excepción de una –que por su conducta suponen era cómplice de los delincuentes- sufrieron una crisis nerviosas al ser amenazadas por los sujetos quienes las despojaron de aretes, anillos, bolsa, celulares y demás pertenencias.
Los tipos de acuerdo a versiones de los ocupantes de la unidad 121 de la línea Atah, medían sus tiempos y antes de llegar a Ciénega Larga, comunidad de Chignahuapan, donde se reactiva la señal de celular, se bajaron de la unidad.
Cabe destacar que durante los 10 minutos que duró el asalto, el tipo que iba al frente obligó al chofer a conducir a velocidad media y con las luces apagadas a pesar de que ya había obscurecido, con el riesgo que ello implicaba.
Apenas unos metros adelante, la única mujer, de las cinco que iban a bordo, que además de no ser despojada de sus pertenencias, no presentó signos de pánico, solicitó descender de la unidad en un paraje donde no hay casas y con cinismo dijo a los pasajeros “a mí no me asaltaron porque no grité”, además de que les señaló con claridad el calibre de las armas que portaban los delincuentes.
Cuando las víctimas llegaron a Chignahuapan, acudieron al Ministerio Público, a cargo de José Tomás Titla Damián, donde fueron “atendidos” de manera déspota por las secretarias “nos trataron de forma grosera, con desdén, como si nosotros fuéramos los delincuentes, luego se quejan de por qué no se denuncia el delito, pero eso pareciera es lo que buscan con su actuar”.
Sin embargo, se desconoce si éste caso ya tiene interpuesta una denuncia por el delito de asalto a mano armada.