La carne bovina en Puebla no cumple con todas las normas de salubridad que marca el rastro Tipo Inspección Federal (TIF) debido a que los productores no atienden los requerimientos necesarios en la cria y sacrificio de animales.
En su comparecencia ante miembros del Cabildo, Julio César García Ángeles, administrador general de la Industrial de Abastos Puebla reconoció que desde 2016 y pese a la millonaria inversión que representó el nuevo rastro, la sección de matanza de bovinos no está en uso debido a que ningún productor acude a utilizarla, pues buscan otros procesos de certificación menos estrictos para vender la carne en la ciudad.
Los introductores han recurrido a inspecciones menos rigurosas que ofrece el rastro tipo inspección de la Secretaría de Salud (TSS) y que se obtiene en los sitios de sacrificios de los municipios en San Martín Texmelucan, Atlixco, San Pedro Cholula, Tecamachalco y Tenancingo que pertenece al estado de Tlaxcala.
El rastro del municipio de Puebla demanda a los introductores que cumplan con los siguientes requerimientos:
-Los animales tienen que contar un con número sanitario que otorga el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA).
-Los animales de deben tener una constancia de proveedor confiable, que confirma que en vida no fueron alimentados con sustancias tóxicas.
-Los animales deben de tener un certificado médico que avale que no tienen tuberculosis o/y brucelosis.
-La factura que demuestre la propiedad del ganado.
Sin embargo, García Ángeles dijo que los introductores casi siempre no cumplen con requerimientos como la legalidad de la carne ni su reporte sanitario, situación que pone en riesgo la salud de los poblanos.
Ante la falta de operatividad del rastro, el regidor del PRI, Iván Galindo señaló que “de qué sirve presumir que la capital cuenta con un modelo TIF sino se aplica”.
A lo que el funcionario municipal señaló que de ninguna forma permitirán que la carne que se exhibe para su venta no cumpla con los requerimientos de salubridad, y refirió que hay carne de exportación o de empresas que tienen sus modelos de certificación que es confiable para su consumo.
La certificación TIF fue gestionada de manera inicial por el ex edil Eduardo Rivera Pérez con una inversión 40 millones de pesos y un financiamiento de 18.8 millones para la de bovinos. En la gestión del exalcalde José Antonio Gali Fayad, se destinó un presupuesto de al menos 24 millones de pesos.
Sin inspectores para verificar la carne
A pregunta expresa de la regidora del PAN, Miriam Arabián sobre las inspecciones de salubridad de la carne que se exhibe para su venta, el funcionario municipal admitió que hay negocios a los que solo acuden una vez al año por falta de personal.
Refirió que el año pasado hubo 18 mil 769 visitas a 6 mil negocios fijos, semifijos e itinerantes que venden pollo, cerdo, bovino, borregos y conejos para verificar si cumplen con las normativas de salud.
Si los visitamos pero también quiero comentar que la visita es una vez al año, porque solo hay 6 inspectores uno de ellos, es el jefe de departamento. La inspección se hace en pareja y es imposible hacer la verificación”, dijo.
Julio César García evitó ofrecer datos de la situación financiera que dejó su antecesor Jaime Carriles, quien abandonó el cargo en medio de denuncias por dejar en quiebra el organismo descentralizado.
El regidor del PRI, Iván Galindo y los panistas Miriam Arabián además de Juan Carlos Espina, cuestionaron la falta de datos del informe de labores de 2016 y exigieron que se respondiera por escrito las ganancias, el número de matanzas, la deuda que tiene el rastro así como las clausuras a sitios ilegales que usan para sacrificio.
Buscan certificación para matanza-venta de carne de caballo y burro
Para permitir el sacrificio y la venta de carne de caballo, burro, mula y cebra, el Ayuntamiento de Puebla gestiona el permiso de sacrificio ante el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA).
Julio César García Ángeles refirió que ha enviado los documentos que requiere la federación para poder matar equinos y que tendrán una respuesta en 15 días además de una inspección para corroborar si el rastro podría dar este servicio.
En entrevista, confirmó que en 2016 clausuró un negocio en la junta auxiliar de Santo Tomás Chautla por sacrificar burros y caballos para su consumo sin los permisos pertinentes.
Asimismo, dijo que con la actual estructura del municipio se podrían sacrificar hasta 300 animales por día con un costo cada uno de 237 pesos.
Sin dar nombres, aclaró que hay una empresa China que está interesada en sacrificar con las normas de salubridad a equinos para su exportación al extranjero.