En su último día como gobernador, Rafael Moreno Valle enfrenta en Eloxochitlán la pobreza que no pudo combatir, alarga los minutos con una caravana interminable de inauguraciones, por momentos es humano y amigable, pero acaba mostrándose hostil y autoritario. No lo tiene bien ensayado. Jura que será Presiente de México.
A primera hora deja Casa Puebla y llega a Eloxochitlan, donde en 2010 abrió su campaña con la promesa fallida de terminar con la pobreza en Puebla.
Clavado en la Sierra Norte, a más de cinco horas de la capital del estado en donde la transformación se mira en forma de ciclopistas, una rueda gigante, puentes y el teleférico, inaugura un Centro de Salud. Ellos eran y son muy pobres.
Moreno Valle recorre la mixteca, región que aprecia porque de ahí es su originen, su abuelo, el patriarca de los Moreno Valle, el fallecido doctor y general, Rafael Moreno Valle, a quien su nieto le debe todo, no se cansa de repetirlo.
Acostumbrado a las constantes giras, el panista se da tiempo de ir a la Comisión Nacional de Gobernadores (Conago) para acordar las medidas de apoyo a los migrantes que pueden ser deportados de Estados Unidos. Tiene helicóptero.
A las 18:16 llega a la junta auxiliar de La Resurrección, ya en la capital para inaugurar el puente que pasa por encima de la autopista Puebla-Orizaba.
Ya no está en el rol del gobernador humano preocupado por los más necesitados, manotea frente al alcalde de Puebla, Luis Banck, y se le nota el enojo en el rostro, frunce el ceño, no tiene cuidado de guardar las apariencias.
Ya en el templete, se toca la cara, manda a llamar a su equipo, se tranquiliza, toma aire y llega el momento de dar su mensaje, ya no está enojado, agradece a Luis Banck por mejorar los indicadores de pobreza que azotan al estado.
El mensaje parece un destape para que Banck repita como alcalde en 2018, entre los asistentes se escucha el grito de "la pobreza va de mal en peor".
Por primera vez en seis años, el exsenador agradece a los poblanos, con el corazón y la voz entrecortada sale de su boca un "Gracias por confiar en mí", parece sincero, los escuchas gritan "Rafa presidente".
Termina el acto protocolario y el "Raisler" entona el corrido que compuso a Tony Gali y a Moreno Valle, como los gobernadores que han transformado a Puebla.
"No hay gobierno que conozca en territorio poblano sin pedir un peso prestado", reza el corrido que el habitante de La Resurrección le compuso. Para esa hora los medios ya han replicado la nota de los 23 mil millones de pesos que heredó de deuda y pasivos.
El exmandatario se da su baño de pueblo, como en 2010, saluda a cada una de las personas que acudieron a despedirlo para continuar con su itinerario, se toma selfies, carga niños, abraza a madres esperanzadas.
Son las 19:50 y Moreno Valle llega a inaugurar el nuevo Museo del Automóvil de 59 millones de pesos. Ahí su discurso cambia, Moreno Valle habla de Europa, de la alianza que a lo largo de seis años tuvo con Volkswagen y su filial de lujo, Audi.
Sorprende la presencia del mandatario chiapaneco y del Partido Verde Ecologista, Manuel Velasco, con quien tiene amistad muy cercana.
Da su última entrevista, habla de las "finanzas sanas" del Estado, desconoce la deuda de 23 mil 97 millones de pesos que su propio equipo reveló, a su estilo, a una colega le pregunta si estudió Finanzas Públicas, y se desentiende del tema.
VER: Pese a deuda de 23 mil millones, Moreno Valle asegura que deja en Puebla “finanzas sanas”
Pasadas las 21 horas, sale al Museo Regional de Cholula, el último punto, donde ofrece una cena a unos cuantos medios de comunicación, los mismos que fueron sus aliados y cómplices a lo largo de seis años, los mismos que callaron ante la muerte de José Luis Tlehuatle, herido durante el violento operativo entre habitantes de Chalchihuapan y policías estatales.
Como si se tratara del presidente de la República, la zona aledaña a la pirámide de Cholula está resguardada por policías estatales, ya no está en la iglesia la manta que durante unos minutos gritó “Moreno Valle, Cholula te repudia”.
Los invitados se reúnen en la pirámide. Son las 23:30 e inicia el video mapping de la historia de Cholula. Aún es gobernador, da su último discurso y asegura que la transformación continuará con Tony Gali, a quien le da la estafeta con la frase "nuestro gobernador".
Monta un espectáculo de fuegos artificiales para sí mismo, empiezan a sonar antes de que acabe su discurso: “me voy de vacaciones, pero regreso”.