Tuesday, 23 de April de 2024

¿Qué hacer con la decepción? Manual sencillo de 5 pasos

Por Betzabé Vancini / /

Tú, yo y el Ello...

Tal vez se trata de tu trabajo, de un compromiso social o de tu relación de pareja, las cosas no salieron como esperabas y tienes este horrible sentimiento que es como un vacío incómodo con algunos tintes de enojo a la vez. A ese difícil sentimiento le llamamos decepción. Este complejo sentimiento es difícil de manejar, especialmente porque en muchos casos queremos seguir aferrados a la esperanza de que todo puede mejorar o que podemos recuperar eso que esperábamos de la vida o de las personas. Por ejemplo, cuando alguien te promete algo tienes la expectativa de que lo cumpla y cuando no lo hace, te sientes decepcionado o defraudado. ¿Por qué te prometerían algo que no iban a cumplir? ¿Eres tú quién está en el error por creer en alguien? Puede ser que incluso te sientas mal contigo por haber creído en ese ascenso laboral, equipo de trabajo, persona que amas, etc., pero tú no tienes la culpa, pues está en nuestra naturaleza humana creer y generar lazos de confianza que nos ayuden a lidiar con la incertidumbre. Cuando ese lazo se rompe, viene la decepción.

La decepción es un sentimiento invasivo que proviene de las expectativas no satisfechas y la única forma de lidiar con él es hacerle caso y trabajarlo. ¿Cómo? Te doy estos cinco pasos:

1. Atiende el sentimiento: es importante no ignorar lo que estás sintiendo o evitar confundirlo con tristeza, frustración o enojo. En la decepción algo se rompe adentro y es importante hacer conciencia de que eso se rompió.

2. Evalúa tus expectativas: quizá necesitas revisar si estabas apostando demasiado alto sin pruebas de que en realidad las cosas iban a salir así de bien como te lo imaginabas. A veces, como forma de motivación, fantaseamos sobre lo que puede ser y nos decepciona que no salga así. No obstante, estas expectativas sí son tu responsabilidad y de nadie más. Por ejemplo, cuando terminas una relación con alguien y lo que te duele son todos los planes que tenían juntos o todo lo que tú te imaginaste que harías con esa persona. Esas son sólo tus expectativas haciendo castillos en el aire de algo que no necesariamente tenía por qué ser así. De cada decepción habrá que aprender a generar expectativas más realistas.

3. Saca lo que sientes: háblalo y háblalo mucho. No con todo el mundo sino con alguien de confianza, tu familia, amigos, terapeuta. Abordar el tema también es una forma de atender el sentimiento y hacerte cargo de tu bienestar. Si no te gusta hablar, puedes escribir o dibujar, hay gente que hace hermosamente productivos sentimientos como este y que los convierte en extraordinarias obras de arte.

4. No lo vuelvas personal: evita pensamientos totalitarios como “esto siempre me pasa a mí”, “la vida es así” o “así son todos/as”. Esas generalizaciones no te ayudan en nada pues lo único que estás haciendo es propagar tu decepción hacia otros campos de tu vida que pueden estar bien cimentados o predisponerte de manera innecesaria al fracaso cuando tampoco hay elementos de realidad que te confirmen que todo contigo está mal siempre.

5. No dejes de intentar: después de haberse decepcionado es muy difícil volver a creer –particularmente en las relaciones de pareja-, sin embargo, la naturaleza de la vida es siempre volver a intentar. A esta facultad de poder volver a creer le llamamos resiliencia y es una de las habilidades que más fomentamos durante la terapia. Reinventarte, poder confiar y seguir creciendo como persona es lo único que sanará tu decepción.

¡Ánimo! No eres ni la primera ni la última persona que sufre un revés o que pasa por esto. Y mira, la humanidad no se ha acabado y podemos seguir reinventándonos.

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