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La reportera del amor

Por E. Sarah Goza / /

queperra ident

Lo veo y lo confirmo una vez más, la primavera llegó con todo y ella lo sabe.

Al principio creí que sólo yo tenía calor, que sólo a mí se me alborotaba la hormona, que sólo a mí me daban los malditos bochornos.

Guauuu, guauuuuuuuu, guauuuuuuuuuuu.

En efecto, la primavera llegó y mis ojos de Pug en el 40 grados me delatan.

No más que quiero aclarar algo, a mí la calentura me llegó en el 40 grados, pero a ella le llegó en pleno Cabildo.

Guauuu, guauuuuuuu, guauuuuuuuuuu.

Los regidores, sus asistentes, las señoras del aseo, los visitantes y todos los incautos que se encontraban en la Sala de Regidores en ese preciso momento, quedaron atónitos, con las bocas abiertas y los ojos cerrados y es que aquí todos son muy poblanos.

Muy mochos.

Guauuuu, guauuuuuuu, guauuuuuuuuuuu.

Está escena ya la he visto en ciudades de todo el mundo, en las más Cosmopolitan como Madrid, Singapur, Hong Kong, Tokio, Milán, New York y cualquiera de las capitales de la moda.

Lo malo, es que sólo las cachorritas exclusivas como yo, nos podemos dar el lujo de ir cada mes a comprar nuestros collares de perlas, nuestras correas con diamantes, nuestros perfumes antipulgas y cualquier cosa para lucir finas y de bonito cuerpo.

Esperen dejen me echo mis croquetas que ya me dio hambre.

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Total que la siempre morena y berrinchuda reportera de.... Mmmmmm..... algún medio, se desbordó de la emoción, tuvo un múltiple orgasmo, gritó, jadeó, se le fue a besos a su novio y se le subió...

Nadie podía creerlo y bien se ganó el mote de La reportera de amor.

En tanto, las regidoras la veían con caras de desdén y los regidores se relamían los bigotes, envidiando al novio de la sarita.