Hay mil cosas que no me interesan, ni me llaman la atención y me son X´s en la vida, pues si de por sí un perro vive a lo mucho 15 años, no voy a desperdiciar mi tiempo en asuntos sin importancia.
Y ni siquiera me detuve a ver el escándalo de este juez borracho, no me interesaba hasta en lo absoluto, pues es pan de todos los días en México y en Puebla.
Guauu, guauuuu, guauuuuuuu.
De verdad, yo he viajado por todo el mundo. Tuve la fortuna de nacer en camita de oro para perros, y eso me dio la buena suerte de conocer Milán, Paris, Oslo, Madrid, Tokio, Londres, Berlín, Roma, Lisboa, y en ninguna de estas ciudades, en ninguno de sus respectivos países, sucede lo que en México.
Allá por nada del mundo hay casos de alcaldes huachicoleros, diputadas taiboleras, y jueces borrachitos que mienten. Por eso, me da tanta penita ajena andar en las redes sociales, leer los medios y enterarme de lo que pasa.
Guauuu, guauuuu, guauuuuuuu.
Como les decía, este asunto hubiera pasado desapercibido en mi vida, hasta que lo vi.
Sí, vi a Christian Mayagoitia y me enamoré de él. No sé cómo explicarlo, pero sus labios, sus ojos, sus músculos, su cuerpazo y seguramente lo demás, me atrajeron como nunca antes una perrita se pudo haber sentido atraída hacia un humano.
Aaaaaaagggg, aaaaaaaggg, aaaaaaaaagggg (léase como jadeo de perra en brama).
Ahora no dejo de ver las fotos de Christian Mayagoitia, las veo y las vuelvo a ver. Me gustaría tirarme hocico arriba para que me acaricie la pancita, o me frote mi cuerpecito de Pug con sus sensuales dedos.
Muero porque me haga piojito en mis orejitas o me siente en sus piernas y me haga caballito. Hasta sueño despierta, e imagino que vamos en su convertible sobre una carretera paradisiaca de México, yo echadita en su regazo o sacando la lengua para sentir el viento acariciar mi cara.
Es que Christian Mayagoitia es tan guapo, tan sensual, tan ardiente, tan todo y está tan golpeado que desde este momento le declaro la guerra al juez borracho, y no descansaré hasta que se haga justicia para que Christian y yo por fin estemos juntos, pues es mi único y gran amor.
Guauuu, guauuuu, guauuuuuu… ¡Hola Christiaaaaaaaaan! (Léase en tono de los hermanos Warner)
Así que les digo adiós a todos mis amantes, desde el Pastor Inglés de mis amigos Kari y Chuma; el bulldog francés de mi adorado Memo Deloya; al sabroso Pastor Australiano de mi amigo Pedro Gutiérrez; a los langarutos Gran Danés del panista Bernardo Arrubarrena y a todos esos machos alfa, lomo plateado, pelo en pecho que alguna vez tocaron el timbre de mi casa.
Y de una vez te digo a ti Gabriel González Alegría, cuídate, cuídate mucho, porque si te llego a encontrar en La Silla, en El Desafuero, en El Parrillaje o cualquier otro lugar, de una mordida te arrancaré la otra oreja.
Queda.
***
A otra que tampoco hay como ayudarle es a Mich Islas, y es que durante la Asamblea Regional de la Red de Jóvenes por México, la muy mmmmm “loquilla”, se la pasó jugando en Snapchat, tomándose selfies, haciendo caras ridículas, y poses extrañas únicas de contorsionista.
Y así esta muchachita pretendía dirigir el Icadep, si es incapaz de poner atención en un evento, y estoy segura que si le preguntamos qué dijeron en la reunión de jóvenes, ni se acordará porque en ningún momento hizo el más mínimo esfuerzo por poner atención.
Ni como ayudar a esta niña que seguramente ni neuronas tiene en la cabeza.