Saturday, 20 de April de 2024

Los corajes de Blanca Alcalá después de un año

Por Yonadab Cabrera Cruz / /

losamantes inte yona

No saben cómo sufro al escribir de mi Blanquita. Me duele más que a ella cada línea y cada columna que le dedico.

Ojalá Dios le diera un destello luminoso para que ya no haga cosas que la hagan blanco fácil de este espacio y de otros más.

Pobre de mi Blanquita, aunque no sea digno de reconocer, he de confesar que voté por ella en 2007, en 2012 y en 2016, con todo y que soy mega fan de Tony Gali e hijos.

Pero ya no hay nada que hacer por la senadora. Después de la campaña del año pasado, debió dedicarse única y exclusivamente a su la labor legislativa, claro sin tantos viajes a otros países y el confín del universo.

Después de tremendo trago amargo, Blanca Alcalá se le fue a la yugular y se lanzó con todo contra el delegado de la Sedatu, Juan Carlos Lastiri a quien culpó de haberla abandonado en su campaña.

Dicho enfrentamiento tuvo como sede el Comité Ejecutivo Nacional del PRI y los testigos de honor fueron: Alejandro Armenta, Enrique Doger, Jorge Estefan Chidiac, Javier López Zavala, Alberto Jiménez Merino y los secretarios de la dirigencia nacional priista.

Recientemente, mi adorada Blanquita hizo otro berrinche al enterarse de que la están contemplando para ser embajadora de México en Colombia, situación que le cayó como balde de agua fría, pues va en contra de sus aspiraciones a la gubernatura, de nueva cuenta.

Pero estos mini berrinches no se comparan al entripado que ha hecho desde que iniciaron las campañas electorales al gobierno mexiquense.

Los pajaritos me cuentan que vomita bilis, que se retuerce como chinicuil en comal, que vomita verde, y voltea la cabeza como la niña de El Exorcista y todo porque su exasesor Hugo Scherer es la mente brillante detrás de la campaña de Delfina Gómez.

Mi adorada Blanquita no se explica cómo en su campaña hizo puras porquerías por 10 millones de pesos —pésimos spots, mala campaña en medios, peor campaña en redes sociales, feo discurso y baja empatía con la gente— mientras que Delfina ha destacado en redes sociales, en medios de comunicación, pero además se ha mantenido cerca, cerquísima, a casi nada, le roza las nalgas a Alfredo del Mazo.

Y los priistas de las grandes ligas no se explican por qué Hugo Scherer trabaja para Delfina si se supone que es uno de los suyos, casi casi tiene contrato de exclusividad y pacto con ellos, que sellaron su amistad, fraternidad así como amor por el PRI con sangre y saliva.

Así es, a un año de las elecciones por la minigubernatura de Puebla, hay cosas y heridas que aún le duelen a mi querida Blanca, las cuales no puede superar, las que le quitan el sueño, son protagonistas de sus pesadillas y sus traumas en el psicólogo.

Desde este espacio, le digo a mi ídola que no se azote, que hay muchos poblanos que la queremos, que ya le dé vuelta a la página para que pueda descansar y nos deje descansar.

Un beso.

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