El dirigente del PRI en Puebla, Jorge Estefan Chidiac se la ha pasado muy ocupado con la negociación de las centenas de candidaturas que entregará para 2018.
Pero en los últimos días se ha centrado en dos posiciones.
La primera y una de las más importantes es la alcaldía de Chignahuapan, que ya está prácticamente entregada a Raúl Rodríguez Olvera.
El interés de Chidiac radica solo en quedar bien con su nueva familia política, pues Raúl es hermano de la flamante esposa de su hijo Charbelito, quienes se casaron hace dos semanas bajo el padrinazgo de Pepe Meade.
El junior sí es originario de la capital de las esferas, el problema es que nunca ha radicado allá.
Esta imposición causaría un grave descontento en este municipio, en donde el PRI mantiene un fuerte liderazgo.
Las bases están con Christian Aguilar, han trabajado desde hace meses para posicionarlo y es casi imposible que acepten al cuñado de Charbelito.
***
La segunda es la candidatura a la diputación federal por Acatlán de Osorio, el distrito 14, donde desde hace meses Maritza Marín ha predicado que será la candidata.
Y así es, hasta hace unos días contaba con todo el apoyo del líder estatal del PRI, pero su postulación está ya sobre unos cuantos ladrillos endebles.
El problema es que Maritza Marín cometió el grave error de pelearse con Antorcha Campesina, lo cual es inadmisible para el PRI.
Un distrito tan grande no se ganará sino tienen el respaldo de los hampones de Antorcha.
Pero no solo eso, la llegada de Ismael Hernández Deras como líder de la CNC apenas el pasado 25 de octubre, le acabó de desmoronar la cuartada.
Estaba segura que ella se convertiría en la secretaria nacional de la CNC y que desde ahí tendría asegurada la diputación federal.
No pensaba toparse con Deras quien ha llegado a hacer una limpia de la organización en la que ella también salió con recogedor.
Cuando se enteró de su mala suerte, literal se fue a llorar al café del alcalde de los Reyes de Juárez.