Otro golpe más a la campaña de Josefina Vázquez Mota en el Estado de México: ahora el delegado especial del CEN del PAN en esta entidad, Eduardo Rivera Pérez, fue inhabilitado por 12 años y sancionado con 25.5 millones de pesos por incurrir en daño patrimonial cuando fue alcalde de Puebla del 2011 al 2014, pues se estima que hay un presunto desfalco al erario por 93 millones de pesos.
La noticia ya de por sí escandalosa se vuelve aún más si la vemos desde el ángulo que quien la sanciona es una administración panista poblana en medio de una contienda en la que Josefina Vázquez Mota (también panista y militante de El Yunque) va abajo en las preferencias electorales en Edomex.
Justo al arranque del proceso electoral, inhabilitar a Lalo Rivera es enfrentar a la dirigencia nacional del PAN quien le dio un encargo para protegerlo de cualquier acción penal por parte de los simpatizantes y ex empleados de Rafael Moreno Valle, quien, en lo particular, hasta hace unas cuantas semanas se rehusaba a darle el apoyo a Vázquez Mota.
Lo de Lalo es un mensaje siciliano, para que me entiendan.
Aclaro, tampoco se trata de hacer víctima a Rivera, pues desde hace tiempo en este espacio hemos escrito que si le rascamos podríamos encontrar muchas irregularidades, principalmente en obras como la calle 49 poniente en la que se hizo de pavimento hidráulico con sobre costos.
O si indagamos más sobre el tema de las gasolineras que se edificaron en su trienio, nos toparíamos con muchas sorpresas incluyendo a empresarios locales que apoyaron en su momento a Moreno Valle.
Por supuesto, Eduardo Rivera no fue ningún santo. Y si le han encontrado irregularidades es porque algo no hizo bien.
No obstante, la sanción se inscribe en un territorio de una guerra electoral, en un momento en el que sabemos que mucho influyó la decisión de Rafael Moreno Valle, pues al menos pareciera que sigue tirando línea tanto en el PAN como en la mayor parte de los diputados locales.
Si lo observamos desde ese punto de vista uno leería lo siguiente: Rafael Moreno Valle le acaba de declarar la guerra abiertamente a Ricardo Anaya. Y es que Josefina Vázquez Mota ahora no solo le investigan a sus parientes por presunto lavado de dinero, ahora a uno de sus coordinadores de campaña lo inhabilitan por defraudar al erario.
No creo que si pierde Vázquez Mota, Anaya se vaya del PAN, pues él usará los triunfos del año pasado, pero quedará este hoyo en su trayectoria. Como verán, la medida de hundir a Lalo es una carambola de tres bandas: le pega a Rivera quien ya no contendería por el 2018, hundiría más a Josefina Vázquez Mota (y sigue quedando bien con Peña Nieto) y humilla a Ricardo Anaya.
Mejor imposible.
Independientemente que Vázquez Mota necesita urgentemente ir a Catemaco a que le pasen los huevos por todo el cuerpo para una buena limpia, está clarísimo que su campaña empezó mal y de malas.
Eduardo Rivera ahora tendrá que tirarse ya no al piso sino a una barranca porque será muy víctima del morenovallismo pero de que su carrera política está manchada lo está.