Estimados lectores vean el siguiente video (no es propaganda para Martha Erika Alonso)
¿Ya lo vieron bien?
¿Encontraron algo raro e inusual?
¿No?
Vuélvanlo a ver por favor.
Sí, me descubrieron, mi reflejo sale en casi toda la entrevista de Martha Erika Alonso que le hizo CENTRAL, como si fuera un fantasma deambulaba por toda la oficina en la que fue grabada. Lo que no saben es que moría por salir a cuadro, todo lo relacionado a MEA me enloquece y pone eufórico, pero fui ignorado para entrevistarla.
A cambio, mi reflejo y mi espíritu chocarrero estuvieron presentes. Iba y venía, me tuve que acostar en el piso, sentar en pose de modelo, sin poder reír, hablar o llorar. El caso era pasar por desapercibido para mis compañeros de CENTRAL y por supuesto, para Martha Erika.
Todo iba muy bien, como ya les dije me sentaba, acostaba, recostaba y hacía todo para pasar desapercibido para la entrevistada y los entrevistadores, ni siquiera respiraba, contenía el aire por tiempos prolongados, pero nadie es perfecto y aguantas esas posiciones tan raras y poco cómodas llegan a casar.
Y así fue, me cansé de mis posturas, vi una lámpara en la que pensé que podía adoptar una nueva posición para descansar y relajarme, sólo tenía que recargarme y el artefacto que ilumina los hogares haría el resto, soportaría mi peso, mi coraje y mis anhelos de ser tan popular en la vida de Martha Erika, aunque nada de eso pasó.
¿Qué fue lo que sí ocurrió?
Nada extraordinario o fuera de lo común, sólo ocurrió un ligero accidente como los que a menudo me ocurren. Llevábamos horas de grabación, como no era un actor en la entrevista de Martha Erika, estaba aburrido, desesperado, pero tampoco me podía salir de la locación, pues cualquier movimiento podía ser captado por la cámara.
Me levantaba, sentaba, volvía a levantar y a sentar. Cuando vi la lámpara pensé que todos mis problemas y aburrimiento se disolverían y no porque me entretuviera con ella, sino porque me recargaría cómodamente. La miré fijamente, coloqué mis manos con todo mi peso y ocurrió.
El soporte de la lámpara se bajó y con él me fui yo también hasta abajo y casi de boca. Gracias a Dios tenía bien puestos los pies sobre la tierra, de lo contrario santo guamazo el que me hubiera dado y lo peor del caso, es que estropearía la entrevista y pasaría a traer a Martha Erika, pues estaba justo atrás de ella.
Me fui de boca, apenas y pude mantener el equilibrio, pero quien no pudo mantener la risa fue la amiga @viriloz (Viridiana Lozano, directora de CENTRAL). Sudó frío, puso los ojos en blanco, pensó en un hombre gordo en tanga o cualquier cosa para no soltar la carcajada. Se mordió la lengua, se picó los ojos y aguantó la respiración, pero no pudo.
Ambos casi echamos a perder la entrevista con Martha Erika.
Y en ese momento, ya no respiré, no me moví y no me quejé.
Moraleja: antes de que inicie una grabación, busquen un lugar cómodo para quedarse.
¡Claro! Chinguen al guapo