Ya lo veía venir

Hace una semana les hablaba acerca del karma. Decía que soy un ferviente creyente en él, pues mi abuelita siempre dice que "Al que obra mal se le pudre el tamaño".

Y vaya que sí, no pasaron ni tres días desde que me burlaba de las desgracias de mi amigo José Juan Espinosa, alcalde de San Pedro Cholula, cuando !Mocos! Algo me ocurre a mí.

Lo malo es que no entiendo. Creo que tendré que hacer como 100 planas o escribir mil veces "No debo burlarme de las desgracias ajenas o de los demás", "No debo burlarme de las desgracias ajenas o de los demás", "No debo burlarme de las desgracias ajenas o de los demás".

Ojalá ya aprenda la lección porque el karma ha venido incrementando, va de mal en peor, de menos a más y un día de estos la justicia divina me va a alcanzar y nada podré hacer.

Verán: hace años caminaba por la avenida 5 poniente entre la 9 y 11 sur, eran las 13 horas, o sea la hora de salida de los niños de primaria y al pasar justo frente a una primaria, me tocó la turba.

Hice todo para esquivar a los mocosos, pero me relajé cuando vi que un niño que iba distraído se tropezó con la mochila de rueditas de otro niño y hasta una marometa se dio. Jajajajajaja 

Jajajajaka, jajajajajajaja, jajajajajaja.

Neta, me acuerdo y me sigue dando risa, pero en aquella ocasión por reírme y burlarme en la cara del pobre niño de 6 años, no pasó ni un minuto, no había dado ni 10 pasos, cuando una paloma me cagó, toda su popo me cayó en la frente y se me escurrió en parte de la cara.

Por supuesto, el niño y sus amigos pagaron con risas.

En otra ocasión, caminaba felizmente en el zócalo de esta bella e insegura ciudad de Puebla cuando los globos de un globero atacaron a unas muchachas, casi se las comen... Jajajajaja.

Jajajajajaja, morí de risa y sólo recuerdo sus caras de susto y gritos, fue tan chistoso, cómo no reírme de esa situación que fue tan cómica.

Bueno, el problema es que di un solo paso y una parvada de palomos llegó volando a la plancha del zócalo, hasta me tuve que agachar y hacer maniobras para evitar que uno de ellos chocara con mi cara, pinche palomo torpe. Por supuesto, las muchachas no dudaron en pagarme mi burla con la misma moneda, se rieron de mí.

Y el martes pasado, me reía a carcajadas de José Juan Espinosa, hasta había hecho una reflexión luego de que cayó de su caballo y se fracturara la mano "Pobre hombre, todo le pasa".

Mi querido José Juan, Dios, la Trinidad, el Karma, la suerte, Buda, Tlaloc, Zeus, Júpiter, Nancy de la Sierra, Dante Delgado, López Obrador, Ricardo Mineral o cualquiera que sea el Dios en el que creas, ya te vengó.

Tú eres víctima de los propios pobladores de San Pedro Cholula, yo soy víctima de la delincuencia y de los rateros de autopartes. Ayer al salir de Cambio, a las 9 de la noche, sólo pensaba en llegar a casa, meterme a las cobijas y ver Juego de Tronos, pero nada de eso sucedió, pues al acercarme a mi carro me di cuenta que no tenía las dos llantas del lado izquierdo.

Para no hacerles el cuento largo, estuve más de tres horas afuera de Cambio, muriendo de frío, hambre y sueño, esperando a que una grúa se llevara mi carro. Llegué a casa casi a la una de la mañana muerto de frío, hambre y sueño.

Todo por burlarme de las desgracias de José Juan.

Aun así, te extiendo mi mano para que juntos vayamos a Catemaco o pongamos un santito de cabeza, lo que resulte más efectivo y menos costoso.

Moraleja: no se rían de las desgracias ajenas.

!Claro! Chinguen al guapo

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Un comentario al margen y a propósito de la inseguridad.

Entre todas las inconsistencias que tenía la justificación para adquirir la línea de crédito por 800 millones de pesos que solicitó el Ayuntamiento de Puebla, había una que resaltó más que todas. Y es que los asesores jurídicos establecieron la contratación de policías, pero por ley no se puede usar una deuda para el gasto corriente, es decir, para pagar la nómina de los elementos de seguridad pública.

Qué bueno que se dieron cuenta y omitieron ese detalle, de lo contrario habrían metido más la pata.