Friday, 19 de April de 2024

Yona manos de estómago

Por Yonadab Cabrera / /

yonachinguen ident

Estimados lectores no se dejen engañar, los envidiosos dirán que siempre soy despistado, pierdo las cosas o la embarro re bonito. Mis amigos y conocidos, saben que soy atento, pongo atención y siempre estoy a las vivas.

Sin embargo, hasta al mejor cazador se le va la liebre y aunque ande muy trucha, siempre uno comete algún desliz, mete la pata o la riega, lo malo es que las personas que casi no tenemos epicfail somos linchadas por amigos, vecinos y familiares, basta cometer un error para ser por siempre recordado.

Ahora soy recordado e identificado por todos los socios del Nelson Vargas gym. No bastó con hacer cientos de osos en mi anterior gimnasio, el Sportraining.

Pensé que ese oscuro pasado ya había quedado atrás, creí que ya nunca más me caería de la caminadora por conquistar a alguien, que ya nunca más me desmayaría y vomitaría por creerme deportista de alto rendimiento o tropezarme con las pesas.

Pero esta vez sobrepasé mis límites, me la volé y gacho, pues toda la crema innata de la sociedad poblana, los richis, la gente de abolengo va a ese gimnasio y yo como un rico nuevo, como la señora que salió en la película de Titanic a la que todas odiaban, tenía que hacer migas para ganarme un lugarcito y su cariño.

Ahí la llevaba, había hecho un trabajo perfecto de todos los días. Saludando, sonriendo, platicando de vinos, puros, viajes, viejas, fiestas, reuniones sociales, equitación, casino, hasta de futbol y Squash aunque no lo sé jugar y rechazaba todas las invitaciones para jugar.

Todo iba bien, me estaba ganando a los señores richis  y a todos los adultos en plenitud que van al Nelson Vargas, hasta que por fin la semana pasada sucedió lo que más me temía y lo que estaba evitando a toda costa, regresó mi pasado y más fuerte que nunca.

Después de 2 horas de una rutina impecable de natación, me metí a los vestidores para bañarme y cambiarme. Estaba emocionado porque sería la primera vez que usaría la secadora de trajes de baño que hay en los baños de hombres. Llevaba semanas leyendo las instrucciones:

1. Coloque el traje de baño, primero meta la parte de la cintura y luego las piernas.

2. empújelo hasta el fondo, debe quedar 5 centímetros debajo de la tapa de la secadora.

3. presione la tapa de la secadora y no la suelte, se parará automáticamente.

Como se darán cuenta, me sé las instrucciones de memoria de tanto que las he leído, nada podía salir mal.

O eso creí.

Metí mi traje de baño, lo empujé hasta el fondo, y cerré la secadora.

Hasta ahí todo iba bien.

Pasaron 2 minutos, 5 minutos, 10 minutos y se me hizo raro que no parara, pero yo confiaba en que de forma automática se detendría.

—Se está quemando, le está saliendo humo ¿Qué no te das cuenta?— me gritó el encargado de los vestidores con voz iracunda, yo me espanté y de inmediato dejé de presionar la tapa.

—Suéltala, suéltala, yaaaaaaaaaaa quítate— seguía gritando el viejo loco mientras vería las caras de reprobación, risa y emputamiento de los socios del Nelson Vargas. Los chavos del Tec de Monterrey, de la prepa Ibero, la UDLA y los empresarios se cuchicheaban, otros se burlaban.

Y hasta un Thor que iba entrando hizo muecas y gestos de desaprobación. La secadora se quemó y el único argumento que pude decir es que “Soy nuevo y no sé cómo se usa, ahí dice que se para automáticamente”.

Pero a nadie le hizo gracia. Sólo escuché una risa conocida a lo lejos, sí, era Osy doc —Arturo Rueda— que reía como villana de telenovela —Muajajajajaja, jajajaja, jajajajajajaja, es que quería hornear su traje de baño, ya ha de estar listo para comérselo. Jajajajajajaja— gritó con su voz estruendosa que llamó la atención de los pocos incautos que no se habían dado cuenta.

Sentí tanta pena que ni me bañé, sólo me vestí y me salí despidiendo de todos, pero mis palabras ya no tuvieron eco.

—Adiós, bonito fin de semana, que les vaya bien— pero ya nadie me respondió.

Moraleja: Vayan a un gym donde las pesas sean de botes de leche Nido y cemento.

¡Claro!, chinguen al guapo.

ANTERIORES