Sí, la entiendo por completo. Cuando estaba a punto de graduarme de la secundaria ordené un hermoso vestido tipo pastel por Internet, me parecía perfecto, era azul y hasta la rodilla. Una semana antes, llegó el paquete y era una tela que parecía sacada del basurero. Fue decepcionante. Así como yo, Juliet Jacoby, una joven de 17 años fue víctima de las típicas expectativa-realidad.
La joven empezó a navegar en las tiendas online y apenas vio este vestido decidió que iba a ser el perfecto para su fiesta de graduación. Era uno rojo, largo y con mangas bordadas transparentes, lo único en contra era que costaba 149 dólares, así que junto a su madre decidió seguir buscando hasta que se toparon con el mismo vestido en un sitio llamado RoseGal. donde el vestido costaba 35 dólares. No dudaron dos veces y pagaron para esperar el envío.
Pasaron las semanas y había llegado el día ansiado para que Juliet por fin tuviera en sus manos ese ansiado vestido que la haría ser la envidia en la fiesta, pero al abrir la caja se dio con la triste realidad. El vestido no era para nada lo que ella se esperaba.
“Espere en la entrada de la puerta del auto para ver la reacción de mi mamá y todo lo que hizo ella fue quedarse ahí con la cara más espantada que he visto por 5 segundos, luego se fue a reír. He aprendido mi lección y probablemente no confiaré en un montón de sitios web de vestidos para graduación”When you think your getting a prom dress but... pic.twitter.com/PXsN6iARBZ
— Juliet Jacoby (@jjacoby14) 11 de abril de 2016
-Juliet a la revista Seventeen-
Aunque haya sido una experiencia desagradable, la joven no dudó en tomárselo de la mejor manera.
