El portero saca horrible de portería. Muy alto, casi en vertical, aunque el balón cae en tres cuartos de campo contrario. El portero rival, que no sabemos por qué ha salido hasta ahí, salta a destiempo -tampoco sabemos por qué- y se traga el balón.
Corre aparentemente desesperado hacia atrás y cuando pisa la línea del área se lanza en plancha estando a varios metros del balón. Tampoco sabemos muy bien a santo de qué. El balón termina entrando.
El pasado viernes vimos el gol más ridículo del año en un Corea del Norte-Uzbekistán del Campeonato de Asia sub16.
Pero lo que parece un bug del videojuego FIFA, un fallo en la programación electrónica de un jugador, no ha causado solo estupefacción. También ha levantado la sospecha de amaño, ya que el equipo norcoreano -el del inefable portero que recibe el gol- ya estaba clasificado y perdiendo ha clasificado a Uzbekistán quedando ellos segundos de grupo y evitando así un difícil cruce contra Iraq.
Los otros dos goles con los que Uzbekistán redondeó el 3-0 contaron también con una más que dudosa oposición norcoreana. Los dos equipos, contentos. Ahora, el balón está en el tejado de la Federación Asiática de Fútbol para investigar lo sucedido.