Monday, 20 de May de 2024
Cultura para mortales

 

Este espacio cibernético pretende compartirles simplezas culturales, nada que nos abrume (o que ponga en evidencia mi falta de cultura) y que sea más bien una “embarradita” de lo que pasa en ese complejo mundo.

Encontrarán reseñas de libros, de eventos, exposiciones, cine, algo de música actual (lamento decirles que no se incluirá nada cuyo video sea un hit de Televisa o canales afines), obras de teatro y todo aquello que autoclasifiquemos como cultura (con el paso del tiempo veremos que entra en esta categoría).    

 

Esta primavera cumplí 32 años;
la muerte me desgasta, incesante
(Yo-Borges)

 

Aprovechando este espacio, me voy a promocionar y les voy a compartir un cuentecillo propio que he catalogado como “realismo sarcástico” (espero que los escritores del “boom” no se molesten por colgarme tantito de su popular corriente literaria).


En esta colaboración les voy a compartir mi fascinación por el ballet, producto de muchos años de clases, que al final sirvieron para que me dedicara a la Ciencia Política.

Por tradición, el mejor ballet del mundo es el ruso (y digo por tradición porque en la era de la globalización, los bailarines van y vienen, gracias a que las compañías pueden escoger y contratar a los mejores, algo así como los equipos de fútbol).

Es indudable que por décadas dominaron las compañías del Ballet Bolshoi y Kirov.

Y para hablarles de ellas encontré unos documentales titulados “La Gloria del Bolshoi” y “La Gloria del Kirov”. Ambos recogen numerosas joyas de la filmografía, inéditas, nunca antes vistas, con los bailarines más famosos de ambas compañías.

Videos que datan de 1913 hasta los 70´s; extractos de piezas con una duración promedio de 4 minutos, en blanco y negro o a color; bailarinas en sus espacios de ensayo, ejercitándose en la famosa “barra”; jóvenes que muestran sus inicios. Y todos tienen en común la belleza en su máximo esplendor.

Lo más destacable es observar la evolución del ballet: de los movimientos burdos y toscos, hasta la exquisitez del cuerpo. De los vestuarios que llegan hasta las pantorrillas de la mujer, hasta los tutus multicolores. Sin duda una joya para quienes disfrutan de este arte.

El más grande de todos los tiempos

El ruso Rudolph Nureyev es considerado por muchos, como el mejor bailarín de todos los tiempos.

También encontré un documental que narra sus últimos años, en la voz de gente cercana a él (“Nuyerev. Bailando en la oscuridad”).

Un hombre cuya fama, prestigio e incluso riqueza, fue tan grande como su soledad. Un hombre cuya pasión por el ballet fue tan inmensa, como su voluntad de seguir bailando hasta sus últimos días. “Un genio atrapado en un cuerpo moribundo”.

Nació en 1938 en una localidad pobre ubicada en los Montes Urales de Rusia. Según el testimonio del propio Nureyev, a los 6 años vivió la experiencia del ballet y desde entonces decidió que a eso se quería dedicar en su vida. Su talento rápidamente lo colocó en la cima y se unió a la compañía Kirov. En 1961, cuando viajó a París para una presentación, ya no abordó el avión que lo llevaría de vuelta a su patria, solicitando asilo político. A partir de entonces se convirtió en una celebridad (incluso más que The Beatles, según comentan en el video). En 1983 fue nombrado director del “Ballet de la Ópera de París”. Su llegada a esa compañía vino a ser una bocanada de aire fresco para la institución.

Para ese entonces, le fue diagnosticada una enfermedad mortal, prácticamente desconocida: SIDA. Comenzó su deterioro físico, pero continúo bailando. En 1989, después de 28 años de exilio, regresó a dar una presentación a Rusia, con el Ballet Kirov, la compañía desde la cual salió al mundo entero.

En 1992, la “Ópera de París” le concedió el deseo de dirigir la obra “La Bayadera”, que sería su última aparición pública. El día de la presentación fue galardonado con el “Caballero de la Orden de las Artes y Letras”. Tres meses después, en enero de 1993, falleció.

Creo que si existe la perfección en este mundo, es en el ballet (y bueno, también en las matemáticas), y sin duda Nuyerev fue un digno representante de ella.

…Entonces

Si no son conocedores del ballet, y quieren iniciarse, yo les recomiendo que comiencen con algo ligero, quizás el “Lago de los cisnes” (que se presenta cada año en el Lago del Chapultepec. Una puesta en escena linda por la atmósfera) o “El cascanueces” (la encontrarán todos los diciembres en el Auditorio Nacional).

Por cierto, les aviso que se presentará una proyección digital en pantalla gigante del Ballet Bolshoi en el Auditorio Nacional el 5 de Mayo con “La Bayadera” y el 9 de junio con “La hija del faraón” (esta también sería una forma de iniciarse. Si de plano les aburre, no les va a doler el codo salirse de la sala -ya que los boletos son muy baratos- y si les encanta, entonces esperen a que vengan los de carne y hueso). 

By the way…

Tengo la fortuna de conocer muy de cerca a una bailarina que estudia en Rusia y su vida no se asemeja ni un poco al filme hollywoodense “El cisne negro”. Así que no crean todo lo que vieron con la dramática Natalie Portman. 

Este inmueble ocupa una colección de edificios de una manzana en el maravilloso Centro Histórico de la Ciudad de Puebla. Sus antecedentes se remontan al siglo XVI donde se funda el primer hospital, conocido como “El Hospitalito”.

Fausto está condenado a explorar más allá de la muerte. En un final excéntrico, el médico “asesina” (si es que en la muerte se puede asesinar algo que ya está muerto de por sí) a su inseparable compañero demonio, para así, continuar en la búsqueda de su destino.

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