¿Quién alguna vez en su vida no se ha subido a un camión urbanón, que lleva números enormes en el frente y resguarda las imágenes que van desde el niño gordito enojado que te amenaza de golpes hasta nuestra virgen de Guadalupe?

El caso es que, tras el abrumarme un poco con mis reflexiones decidí dedicarme a observar el trote de otros y también, la corretiza que le dan los niños a los patos que acompañan a sus padres...

El disco es eso, una Sesión Futura, un campo policromático, un sendero incomparable de fórmulas musicales que desatan fervor; es, quizá, uno de los mejores discos de América Latina en vivo porque figura odiseas vocales, los ritmos nulifican posibles vacíos y las armonías conducen a donde apenas uno estimula lo imposible… Se corta la respiración y se ve que amanece, que ya es el milagro, que se puede tener paz estando ahí.